Descubren un taller textil clandestino que explotaba a chinos en Málaga
Actualizado: GuardarLa Policía ha descubierto un taller clandestino textil en Málaga donde se explotaba a ciudadanos chinos que carecían de permisos de residencia y trabajo y que habían sido introducidos ilegalmente en España por mafias de su país, en una operación en la que fueron detenidos dos encargados y cinco trabajadores.
La actividad laboral del local se prolongaba ininterrumpidamente, y por la noche se oía el ruido de las máquinas de coser desde el exterior, informó ayer en un comunicado la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía en Málaga.
Uno de los explotados afirmó no cobrar nada al tener que estar dos meses aprendiendo el oficio, para lo que trabajaba once horas diarias.
Los inmigrantes introducidos en España por mafias orientales son entregados a cambio de dinero a otros compatriotas con permisos de trabajo y residencia que ejercen como empresarios y con los que los recién llegados contraen una deuda económica que deben saldar.
Son reclutados para trabajar en negocios en condiciones de casi esclavitud, amparándose en su situación de extrema necesidad, el desconocimiento de la lengua y la legislación del país de destino, de forma que no denuncian, y, especialmente, según la Policía, en el hermetismo de la cultura china.
En innumerables ocasiones empleaban un método de coacciones «que degrada la dignidad humana de esos trabajadores hasta extremos totalmente intolerables para cualquier sociedad democrática», indicaron los agentes.
El taller, que carecía de licencia de actividad económica, incumplía medidas de seguridad para prevenir riesgos laborales y había una gran maraña de cables eléctricos al descubierto por encima de las cabezas de los operarios, unidos por simples regletas de conexión y muy cercanos a cantidades importantes de tela, objetos altamente inflamables, con el consiguiente riesgo de incendio.
Inhabitabilidad
En la planta superior estaban las «habitaciones» y zonas comunes en condiciones que la Policía calificó como «casi infrahumanas», con tabiques que son paneles de aglomerado y en cuyo interior tenían un simple camastro y ventanas cerradas por rejas, lugar en el que la suciedad y las condiciones de inhabitabilidad eran evidentes.
Las personas que salían del lugar efectuaban compras en establecimientos cercanos y volvían al local, sin abandonarlo ni para dormir, por lo que se concluyó que todos pernoctaban allí.
Los dos encargados del taller fueron arrestados como presuntos autores de delitos contra los derechos de los trabajadores.