Entretenido y triunfal festival

En el singular coso pétreo de esta bella localidad serrana se celebró un entretenido festival taurino, que congregó a un numeroso público que acudió presto y festivo al reclamo de las figuras anunciadas.

Manuel Díaz, El Cordobés, se enfrentó a dos novillos de escasa fuerza y de mucha nobleza. A su primero lo toreó por ambas manos sin apreturas en el trasteo, dilatado y monótono, con epílogo de manoletina y salto de la rana, que hicieron las delicias del público. También se divirtió el público con el trasteo festivo, que llevó a cabo en el cuarto en continuo dialogo con los tendidos, pero con escaso bagaje artístico. Abusando en exceso del pico de la muleta en los quites, aprovechando la extrema nobleza de la res.

El primer novillo de Javier Conde fue noble y de escasa fuerza, con el que trasteó con ambas manos, sobresaliendo algún muletazo notable y en el que, en ocasiones También, se vio desbordado por la codicia del enemigo. El cuarto fue un inválido con el que nada pudo hacer. Es por ello por lo que solicitó el sobrero, que a la postre fue el ejemplar con mayor movilidad y casta del encierro. Obtuvo tanda igualada por los dos pitones cuando se centró con la embestida larga y humillada del novillo. Éste le propinó una tremenda voltereta dando con la cabeza en la arena, quedando conmocionado unos minutos. Recuperado, pero visiblemente afectado, despachó al animal de una estocada baja.

Embestida rebrincada

El tercero de la tarde presentaba un viaje corto y una embestida rebrincada, que incomodó la muleta de Fran, encontrando este el acoplamiento. Al sexto lo banderilleo el propio matador prendiendo tres pares desiguales. La escasa acometividad del astado imposibilitó el lucimiento del espada, que no dejó de intentarlo en un soporífero trasteo.

Por último, Emilio cruz con un novillo distraído y desgastado, que desparramaba la vista, sólo pudo destacar en una serie ligada por la derecha. Tras la estocada defectuosa obtuvo una oreja de recompensa.