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El Xerez no supera el mareo

La intensidad de los azulinos no duró lo suficiente para acabar con la sequía de triunfos ante un Sporting repleto de jugadores de su cantera

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Esto ya no es un bache. Ni un socavón, ni una zanja, ni una grieta. Esto es una barbaridad de jornadas sin conocer la victoria. Es un querer y no poder, es desesperación, es ansiedad, es angustia. El Xerez está obsesionadamente necesitado de un victoria. Los tres puntos son un requisito indispensable para salir de esta dinámica negativa, pero al mismo tiempo se han convertido en una ofuscación, que oprime al conjunto azulino.

Pero cuando uno tiene la sensación de haber hecho todo lo que tiene en su mano, y no obtener resultado alguno, no queda otra que agacharse y desesperarse. Esa era la imagen de Vicente Moreno al término del encuentro. Las manos del valenciano se apoyaban en sus rodillas y su mirada se clavó en el suelo. El gran partido firmado por el capitán no sirvió más que para conservar un punto y ver como se esfumaban dos más de Chapín. Ya no preocupan, ni tan siquiera, los resultados de los rivales. Ya no se mira la tabla de clasificación, ni el rival de la próxima semana. Ahora sólo se pretende una victoria que reactive al equipo y que lo mantenga en la pelea. Sí, en la pelea por ese ascenso que los más soñadores aún anhelan.

Arranque intenso

Ese plus de intensidad que se vio a lo largo de toda la semana durante los entrenamientos también se hizo patente en los primeros veinte minutos de partido. Los hombres de Alcaraz saltaron al terreno de juego hipermotivados y dispuesto a transformar el encuentro con el Sporting en ese deseado punto de inflexión. El preparador granadino buscó el revulsivo con un once titular novedoso y en el que por encima de todo llamaba la atención la aparición de Tete, por primera vez en Liga, en detrimento de Julio Iglesias, así como la puesta en escena de dos delanteros natos como Iván Rosado y Álex Geijo. Noventa minutos después quedó demostrado que la variante no fue demasiado positiva. Sin entrar a valorar los cientos de condicionantes que rodean la actuación de Rosado y Camuñas, los hechos objetivos se decantan claramente en favor del media punta madrileño. Puede que el sistema no le favorezca, pero Rosado y Camuñas fueron como el día y la noche. Obviamente es sintetizar mucho, pero sólo la primera jugada de Camuñas aportó más que en todos los minutos que Rosado estuvo en el campo.

Gran Moreno

La cosa es que el ímpetu inicial se agotó pronto. Y durante la última media hora de la primera parte el Sporting le jugó de tu a tu al Xerez. Y es que los rivales del conjunto azulino ya son conscientes de la enfermedad que sufre el equipo jerezano. Saben que el cronómetro juega de su parte y que a medida que se van consumiendo segundos, la presión y la angustia va mermando física y psicológicamente a los jugadores del Xerez. El Sporting no presenta un equipo ni mucho menos galáctico. Más bien apuesta por los pavones que salen de su cantera, de Mareo. Además, se encuentra a la deriva, sin un objetivo claro, lejos de los puestos de ascenso y de la zona de peligro, en mitad de la tabla y sin otra motivación que la de vencer cada domingo. Situación que se podría hacer familiar dentro de poco en Jerez si el enfermo no se recupera.

Una gran voela de Moreno, que hizo un gran encuentro, una falta de Granero que se marchó fuera por muy poco y algún que otro arreón de Ríos fueron las ocasiones contabilizadas a los azulinos. Pero gol, el acierto de cara a puerta o la efectividad son conceptos que parecen olvidados en un equipo que ahora se encuentra a cuatro puntos de las plazas de ascenso. El resultado de ayer, hizo replantearse a los azulinos el camino hasta el final de la temporada, así que una vez que se ha tirado de manías o de la ayuda divina para intentar en vano arreglar la situación, ya sólo queda decir : ¿Trata de arrancarlo!, ¿Trata de arrancarlo, Lucas por Dios! y que la situación dé un giro radical.