RETABLOS FLAMENCOS

Amnesia colectiva

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Como ya hemos publicado, el 30 de mayo de este año 2006, se cumplen 100 años del fallecimiento de la máxima figura gaditana del cante, El Mellizo. El legado e influencia de este artista es tan inmenso que lo coloca como uno de los máximos creadores de toda la historia del género. Su rica herencia, amén de haber inundado todo el Cádiz flamenco posterior, desde Aurelio a Chano Lobato, influyó decididamente en cantaores decisivos de otras zonas. La historia jonda no hubiera sido la misma sin figuras emblemáticas, como las Don Antonio Chacón o Manuel Torre, no hubieran seguido su estela. Pese a quien le pese, aparte de la peña flamenca que lleva su nombre y la cátedra itinerante en su ciudad natal, el primero en advertir la efeméride, con bastante antelación a todos, ha sido el cantaor granadino Enrique Morente, quien por esas fechas le va a tributar un magno homenaje en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.

No estaría mal que dicho espectáculo, u otro similar, pasara por el Teatro Falla, incluso por los grandes espacios escénicos andaluces. ¿Se podría pensar en una producción propia con los artistas de la tierra más representativos que pusieran en escena el legado del Mellizo?.

A falta de un congreso en toda regla, se podrían divulgar todos los perfiles humanos y artísticos del mítico cantaor. Si Enrique el Mellizo hubiera nacido en Triana, Puente Genil o en el barrio del Perchel de Málaga, ya verían el montaje. Igual pasa en Jerez, no se crean, hace un par de años se celebraba el 125 aniversario del nacimiento del gran Manuel Torre y la ciudad no movió un solo dedo en recordar su figura, cuando el centenario de Pepe Pinto en Sevilla estuvo adornado por un sin fin de actos, con un CD incluido para perpetuar su figura entre sus paisanos. Y ya verán como otra efeméride de mucho interés, que coincide con este año, el cincuentenario de la desaparición del guitarrista Javier Molina, si Dios no lo remedia pasará inadvertido. ¿Qué lástima!.

Luego se barajan esas cifras de vértigo que terminan ocasionando incluso tormentas políticas; pero para un recordatorio nada de nada. Este defecto de toda nuestra provincia en conjunto es un signo de ser desagradecidos con quienes, gota a gota, fueron regalándonos esta joya, qué quieren que les diga. Los pueblos que olvidan tan fácilmente su pasado están condenados al fracaso, que dijo el pensador, como si se hubiera fijado en nosotros.