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Una fiesta sin parar de trabajar

La 'Motorada' no sólo atrae a aficionados sino que cientos de personas trabajan en el Circuito para ganarse unos euros

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Álvaro encabeza un grupo de cuarenta personas que no va a dormir en todo el fin de semana. Y no será por su afición a las motos y al desenfreno nocturno que se vive todos los años en la explanada del Circuito de Jerez durante las motos.

«Venimos de Albacete y llevamos once años seguidos sin faltar al Gran Premio de España», afirma sudoroso mientras maneja una olla llena de aceite hirviendo. «Seis churros a cinco euros» indica un cartel junto a la enorme cocina portátil.

Álvaro es el propietario de una carpa ambulante con capacidad para más de cien comensales situada junto al Acceso 1 del Circuito. «Traemos 300 kilos de harina y no vamos a parar», señala mientras señala con la espumadera a uno de sus empleados cómo debe enchufar una alargadera.

Su personal se ríe al preguntarle si van a descansar. «Aquí no dormimos, se trabaja de sol a sol», señala una de las camareras, que cuando se le pregunta si compensa económicamente el esfuerzo, esboza una sonrisa y dice en voz baja «¿pues claro!».

El viernes es aún un día tranquilo. «Lo peor es el sábado, es el día más fuerte del fin de semana y no pararemos», agrega. Entre fogones y bandejas, Álvaro y sus cuarenta compañeros trabajarán al son de los escapes hasta mañana por la noche, en que empezarán a recoger sus bártulos.

Tranquilidad

«No ha habido todavía mucho jaleo porque lo peor viene en los segundos entrenamientos y el día de las carreras», señala Pepi, una de las trabajadoras de las taquillas del Circuito, junto a Raquel, Chari y Álvaro.

«En esta taquilla trabajamos sólo con las reservas por teléfono y las colas son menores», recalca desde detrás del mostrador Álvaro, que además es obrero de mantenimiento de jardines en Jerez.

«Es mi primer año trabajando en el Circuito», destaca Manuel, uno de los vigilantes de seguridad del Gran Premio, que, como la mayoría de ellos, ha sido contratado expresamente para controlar la entrada en el principal evento del Circuito.

«Veo mucho ambiente pero por ahora no ha habido follones y la gente está muy calmada», subraya este vigilante.

Fuerzas de seguridad

Este ambiente de tranquilidad se corrobora por la impresión de las fuerzas de seguridad, cuyos agentes han venido de toda Andalucía para reforzar el dispositivo.

«No hemos tenido apenas incidencias aunque todavía queda todo el fin de semana por delante», indica uno de los guardias civiles destacados en la puerta del cuartelillo desmontable que la Benemérita ha instalado junto al acceso principal.

Hay motociclistas que no están por afición. «Hemos visto a gente despistada pero el trabajo es el normal en un Gran Premio», sostiene un agente de la Guardia Civil de Tráfico, que, a lomos de su motocicleta, acaba de indicar a una pandilla de moteros cómo llegar hasta la zona de acampadas desde el aparcamiento principal.