La evidencia triunfa en Euskadi
Actualizado: GuardarETA comprendió que el Estado no iba ni podía ceder a las aspiraciones/exigencias máximas de los nacionalismos radicales cuando el 'plan Ibarretxe' fue mayoritaria y cortésmente rechazado por el Parlamento español. Si Zapatero no se hubiera empeñado en abrir las puertas del Congreso a las pretensiones estatutarias del lehendakari, desoyendo los argumentos en contrario del PP, tanto el PNV como el entorno etarra hubieran llevado su victimización a extremos delirantes. Porque el PNV vivía entonces en plena radicalización.
Pero el hecho de que el texto en tantos aspectos inconstitucional del 'plan Ibarretxe' fuera debatido, votado y rechazado en el Congreso, sin que se sintiera herida ni mancillada la Constitución, persuadió a los soberanistas vascos de que habían emprendido un camino que no llevaba a ningún sitio. En las elecciones autonómicas siguientes, el plan del lehendakari y el mismo lehendakari fueron claramente reprendidos por la sociedad vasca. Y el PNV regresó del monte de Lizarra a sus posiciones habituales. Imaz predica la evidencia de que el marco legal de Euskadi o se negocia entre todas las fuerzas políticas o carecerá de recorrido.
Si la vía estatutaria hacia la independencia parecía cegada, por la Constitución y una notable mayoría del Parlamento español, la sociedad vasca llevaba tiempo demostrando que a la vía terrorista la consideraba intransitable. Y mientras el PNV volvía a su actitud de diálogo y consenso, alentado por el consenso y el diálogo que le ofrecía Zapatero, ETA aceleraba la asimilación del silogismo que la conduciría a la renuncia de la violencia. El terrorismo no había abierto el menor resquicio ni producido la menor fisura en el Estado de Derecho, y las derivaciones del pacto de Lizarra desaparecían en terrenos baldíos, como había desaparecido el pacto.
Aunque no hubiera existido la menor intermediación entre ETA y Zapatero durante los últimos meses, el presidente del Gobierno hubiera podido anunciar lo mismo que ha venido anunciando: el principio del fin de la violencia etarra. Y es que la lógica, en este caso, lleva al mismo punto que la información, y Zapatero ha manejado una y otra, información y lógica, hasta haber visto cómo se hacían realidad sus deducciones. Y hay que seguir deduciendo, con más apoyo en la lógica que en la información, pues el futuro empieza ahora, y sobre él, información hay poca. Se trataría de no cometer supuestos errores anteriores, durante otras treguas de ETA, y de valorar ejemplos ajenos, como el tratamiento que los últimos gobiernos británicos, y el de Blair especialmente, han dado al IRA, para conseguir el cese de su violencia e ir haciéndole cumplir sus compromisos.
De momento, a la buena noticia del alto el fuego etarra debe añadirse una aproximación del PP al PSOE y al Gobierno. Las declaraciones del popular Elorriaga y del socialista Blanco parecían ayer redactadas en el mismo pupitre. Y la conversación del fiscal jefe de la Audiencia Nacional con el fiscal general Conde Pumpido no ha modificado la petición de cárcel para Otegi, que no declarará ante Grande-Marlaska hasta el día 29, para que se reponga bien de su bronquitis con los cinco días de aplazamiento, pero es muy probable que se hayan dado consignas, que en la jerarquía fiscal son órdenes, para que no se impongan medidas cautelares de prisión a etarras procesados. En estas circunstancias, piensa mucha gente, incluidos jueces y fiscales, no van a escaparse.