Sábado por la noche un jueves por la tarde
Cientos de jóvenes gaditanos se concentraron ayer en la Punta de San Felipe para celebrar, con tinto y cerveza, la llegada de la primavera
Actualizado:Lo peor de la juventud es darse cuenta de que uno no pertenece a ella. Ayer, cientos de jóvenes se concentraron en la Punta de San Felipe para dar la bienvenida a la primavera con cerveza, vino tinto y alguna piedra de reconocible olor en su combustión. El buen ambiente fue la tónica predominante y el hecho de que estuviesen en el paseo peatonal de la Punta facilitó que no se produjeran incidentes ni se registrasen quejas de los vecinos.
La pregunta más repetida a lo largo de la tarde -a las 13 horas ya había gente en la Punta- era la de quién organiza esto. Los jóvenes habían llegado hasta el recinto animados por sus amigos o por correo electrónico, pero no había ninguna facultad detrás. «A mí me llegó un correo y le dije a mis amiga que viniesen», comentaba una Carmen más que ebria, cuyo aspecto denotaba que aún no había abandonado el instituto. «A mí me llamaron al móvil unos colegas, me dijeron que trajera hielo y vasos y aquí estoy», subrayaba un ya mareado Miguel, al que le que pesaba el ron algo más que la sudadera que llevaba anudada a la cintura. En cuanto a los bares, sólo el Zona 10 permanecía abierto, incluso organizó una fiesta. Ni que decir tiene que los adolescentes acudieron en tropel hasta el local.
La convocatoria de ayer no tuvo nada que ver con los temidos macrobotellones que se produjeron en España la semana pasada. Se trataba símplemente de una concentración de jóvenes (demasiado jóvenes en algunos casos) con ganas de pasar un buen rato.
Unas seiscientas personas fueron las que participaron de esta improvisada fiesta junto al mar, con el marco de la Alameda como fondo. El buen tiempo facilitó que se fuera animando gente, y del medio centenar de personas que se reunía al medio día se pasó a más de medio millar sobre las 19 horas.
La convocatoria de una fiesta posterior en la sala Anfiteatro aumentó el trasiego en las horas finales de la tarde y las primeras de la noche. «Y mañana (por hoy) es la fiesta grande, la de la primavera de verdad; la mayoría de la gente no se ha enterado de la fiesta de hoy, que parece más un botellón -confesaba Luis-, en la fiesta de la primavera de verdad no hay ni tanto angango ni tanta niñata».