El FMI eleva en un cuarto de punto la previsión de crecimiento de España
La institución que dirige Rodrigo Rato insta al Ejecutivo a liberalizar la energía y le reclama que garantice la independencia de los organismos supervisores
Actualizado:La economía española tiene buenas perspectivas ante sí. En su último informe periódico sobre España, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó un cuarto de punto la previsión de crecimiento del país para este año, hasta el 3,25%. El pronóstico está en línea con el 3,3% que ha calculado el Gobierno y se sustenta en la ligera moderación del consumo interno que provoca el incremento de los tipos, y en la progresiva desaceleración de los precios de la vivienda.
La institución que dirige Rodrigo Rato alertó, no obstante, de ciertas «rigideces regulatorias» que lastran su buena evolución al suponer importantes barreras a la libre competencia. Por ello, el FMI instó ayer al Gobierno a liberalizar los sectores de la energía, las telecomunicaciones, el transporte, la distribución y los servicios profesionales. Y también le reclamó que garantice «plenamente» la independencia de los organismos supervisores y de sus miembros.
Críticas
El organismo internacional se mostró muy crítico con la reciente reforma normativa que permitirá a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) evaluar, y eventualmente vetar, la oferta de compra de Endesa lanzada por la alemana E.ON. La medida, a su juicio, da al regulador «amplia libertad de acción y discrecionalidad» y existe el riesgo de que se ejerza «de forma discriminatoria».
Además, pese a las buenas perspectivas, el Fondo destacó que los «desequilibrios» que entorpecen el progreso de la economía española siguen presentes. Así, recordó que el crecimiento sigue basado en exceso en la demanda interna, mientras que el mal comportamiento de las exportaciones han ampliado el déficit por cuenta corriente hasta el 7,5% del PIB en 2005. Parte de esta situación, según reconoció en el informe, responde a la carestía del petróleo, la debilidad de los socios comunitarios y la fortaleza de la inversión. Pero la perdida de competitividad también juega un papel fundamental.
Valoró de forma positiva el Programa Nacional de Reformas que ha preparado el Gobierno. No obstante, le urgió a profundizar en aspectos como la competencia, la reducción de costes y la innovación en los sectores más protegidos. No perdió la ocasión de volver a insistir en que la reforma del sistema de pensiones es imprescindible y en aconsejar reducir las «rigideces» de la legislación laboral y abaratar el despido.
Consideró la reforma fiscal demasiado limitada, aunque valoró que se simplifiquen y eviten distorsiones en los impuestos de la renta y sociedades. El FMI apoyó el tipo único para los instrumentos del ahorro y la rebaja del tipo impositivo que grava a las empresas. Pero advirtió que el recorte de las deducciones a los planes de pensiones provocará «incertidumbre».
Respecto al sector financiero, apuesta por reducir la presencia política en los órganos de gobierno de las cajas de ahorro, mejorar sus sistemas de captación de capital, la supervisión exigente de sus participaciones industriales, y la supresión de las restricciones que les impiden fusionarse.