Último vagón para engancharse a Primera
El Cádiz llega a Mallorca consciente de que una derrota complicaría mucho sus opciones de salvación Necesita ganar para rebasar a un rival directo que le aventaja en el goal average tras su triunfo en Carranza
Actualizado:El tren de Alta Velocidad para el Cádiz está a punto de salir... y no espera. Se va, tan rápido como su nombre indica, y si los gaditanos quieren seguir viajando en Primera clase no deben demorarse más de lo oportuno. La estación para reengancharse al último vagón está en Mallorca, una isla incomunicada con el país por tierra y por ende por rail, y muestra palpable de que esto es sólo una alegoría, una metáfora que indica la necesidad imperiosa del equipo amarillo de salir airoso de Las Baleares si paradójicamente no quiere ir haciendo las maletas.
Empate o victoria
Y es que esta nueva oportunidad para reengancharse a la vida, como proyecto deportivo, pasa irremisiblemente por sacar algo positivo de Son Moix. Tal y como está la cosa, y teniendo en cuenta los dos momentos de juego distintos que chocan esta tarde, hasta un empate podría considerarse positivo. O mejor dicho, no negativo. El tema es que una derrota en la isla, ante un rival tan directo, significaría quedar aislado en los islotes del ascenso y apuntar al farolillo rojo. En principio, a cinco puntos del Mallorca (que son seis por el goal average) y sabiendo que alguno de abajo va a trincar algún puntito.
Partiendo de que la derrota es inadmisible y no entra en cabeza alguna, no debe quedar desaparecibida la urgencia de que llegue al fin una victoria. Está muy bien sumar pero alguna vez hay que hacerlo de tres en tres, de una tacada, sobre todo si anteriormente no se ha sido capaz de arrancar nada positivo en enfrentamientos como el de San Mamés o el de Balaídos.
Además, este calendario tan fragmentado alcanza ahora una temperatura infernal pues (a excepción del Betis) los de Espárrago se verán las caras con todos los gallitos que pelean por una plaza en Europa, descartando al todopoderoso Barcelona. En la primera vuelta, el equipo amarillo salió tremendamente mal parado de esta fase (sólo empató en Sevilla), por lo que resultaría interesante que, aunque no con un colchón, sí llegase a este momento crucial fuera del descenso.
Sin experimentos
Pero ahora la mente únicamente está en el partido de esta tarde en Son Moix. Espárrago no podrá alinear a su mejor once puesto que cuenta con cinco bajas muy importantes (Benjamín, Pavoni, Nenad, Ania y Bezares). Es absurdo pensar que el técnico cadista se ponga a inventar ni a hacer locuras a estas alturas de la temporada. Por eso, con casi total seguridad regresará la experiencia de Varela y Suárez, dos pesos pesados que aseguran rigor táctico, orden y entrega. El alicantino recupera el pueston que perdió por sanción en detrimento de Vella, y Suárez cubrirá el puesto de Bezares junto a Fleurquin, por lo que Morán tendrá que seguir esperando en el banquillo. El resto del equipo será calcado al de las últimas semanas.
Por su parte, el Mallorca llega al encuentro en su mejor momento. Con el relevo de Manzano por Cúper, acumula seis jornadas sin perder y ha salido de los puestos de descenso. La recuperación anímica ha sido clave, y en ella siempre manda el psicólogo de Linares. También han influido los fichajes de invierno, pues la calidad de Pisculichi y Basinas ha elevado el nivel ofensivo de los bermellones. Por esto, el Mallorca está en un gran estado de forma y el Cádiz todo lo contrario. Sin embargo, la igualdad que existe en la Liga deja a los dos a un sólo punto de diferencia que se puede romper en una sóla jugada.
¿Y quién suele decidir cuando todo está tan parejo? Pues los cracks. En la Isla hay una grandioso que es Arango, de mal recuerdo tras el arangazo de Carranza y que es el futbolista de más nivel de todos los que están en la zona baja (a la altura de Joaquín o De la Peña). Ahora ha llegado otro genio con uno de esos nombres inusuales que pronto se aprenden hasta los niños de párvulos: Leonardo Pisculichi. De su particular duelo con Lobos dependerá mucho el resultado de hoy. Argentina exporta la plata, el tango y buenos futbolistas competitivos que nutren las plantillas del fútbol español. Esta tarde será un espectáculo comprobar como dos de las jóvenes promesas del país gaucho se baten sobre el césped para demostrar su supremacía. Y es que, ante tanto sufrimiento, hay que agarrarse a la frase de Víctor Espárrago. «Esto es sólo fútbol, nada más». Hoy no se acaba el mundo. Pero casi.