Marcha atrás en Plaza Sevilla

Un cargo público no puede expresar a la ligera y sin un mínimo de reflexión muchas de las cosas que piensa porque los calentones de boca pueden traer graves consecuencias. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, se la jugó hace mes y medio con la Plaza de Sevilla y le lanzó un órdago a la Junta advirtiéndole de que si en ese plazo no autorizaba la reordenación urbanística de la zona, el Ayuntamiento iniciaría un proceso de expropiación. El tiempo ha pasado y el ultimátum acaba el viernes. Sin embargo, la alcaldesa ha optado por bajar la presión y suspender el proceso anunciado. La lógica lleva a pensar, imaginamos que a la alcaldesa también, que un proceso así sería interminable, costoso y contraproducente.