Mohamed VI regresa al Sahara para afianzar la presencia de Marruecos en la ex colonia
El Rey quiere impulsar el plan de autonomía que en abril llevará Rabat a la ONU y que el Frente Polisario ha rechazado de antemano
Actualizado: GuardarSólo las evidencias empíricas -junto a alguna que otra filtración a los medios informativos- sirvieron para anunciar que la llegada del Rey de Marruecos al Sahara Occidental era inminente. Los bordillos de las aceras recién pintados, los hoteles sin habitaciones libres, un despliegue de seguridad mucho mayor de lo habitual -que ya de por si es importante-, decenas de enormes retratos del Monarca por calles y plazas, el nerviosismo entre las autoridades ante la posibilidad de que haya algún incidente y la obligación de colgar banderas en todos los edificios. La enseña roja con la estrella verde ondeaba hasta en la casa del joven Hamdi Lambarki, fallecido en octubre durante la represión por agentes marroquíes de las manifestaciones pro independentistas.
A las dos de la tarde Mohamed VI aterrizaba mientras centenares de personas le esperaban a pie de calle ondeando banderas y retratos del soberano. Los funcionarios apostados ante ellos, como regidores de un concurso de televisión, les animaban a aplaudir y elevar al cielo las fotos. Asomado por la apertura superior de un vehículo Mercedes, el Monarca fue saludando en medio de una nutrida comitiva. En dos ocasiones se bajó del coche para acercarse a las vallas y estrechar las manos de la gente que gritaba enfervorizada «¿Asha al Malik, Asha al Malik!» (¿Viva el Rey!).
Entre ellos se encontraba, Ameur Hdal Ahmed, un antiguo funcionario de Correos que trabajaba de cartero hasta que en 1975 Rabat ocupó la ex colonia por medio de la Marcha Verde. «No tenemos quejas de los españoles pero esto se ha desarrollado más en estos años», comenta en referencia a la época de la ocupación marroquí.
Muchos de los que ayer se echaron a la calle son colonos llegados desde Marruecos al Sahara en los últimos treinta años o sus descendientes.
Disidentes
A pesar de las presiones, como han denunciado algunos vecinos, para que todos los habitantes del El Aaiún se sumaran a la fiesta, un número importante prefirió quedarse en casa. Son los miles de saharauis que, aunque con el paso de los años están en minoría, siguen sin reconocer la autoridad de Marruecos y luchan por la celebración del referéndum de autodeterminación.
Las tensiones, a pesar del despliegue policial, están a la orden del día. Poco antes de la llegada del Rey, según informaron fuentes locales, se producían todavía detenciones entre miembros de la disidencia, como la del activista Salek Bazid o dos alumnos de un colegio de Bojador en la que hubo una manifestación para protestar por la visita de Mohamed VI, que tendrá esa ciudad como segunda etapa de su viaje al Sahara.
Desde los campamentos de refugiados de Tinduf el Frente Polisario ha calificado el viaje del Soberano de «violación del alto el fuego y una amenaza de la vuelta a la guerra», según la agencia de prensa saharaui. El Gobierno de los independentistas «no ha ahorrado ningún esfuerzo para preservar el alto el fuego e instaurar un clima de distensión propicio a la descolonización de su país».
Autonomía alauí
Pero la presencia de Mohamed VI a lo largo de esta semana en la ex colonia -podría quedarse hasta el sábado- pretende impulsar el plan de autonomía que Marruecos va a presentar en abril ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Con ese plan Marruecos pretende mover ficha en el conflicto y ganarse el apoyo de aquellos que le acusan de obstruir una salida negociada. Considerando al Sahara una autonomía bajo bandera alauí, Rabat busca oficializar su presencia en el territorio sin dar la posibilidad a que se celebre el referéndum de autodeterminación para que los saharauis decidan su futuro, por eso el Frente Polisario ha presentado su rechazo de antemano.
Esta es la tercera visita del Monarca al Sahara Occidental. La primera fue en noviembre de 2001 y la segunda en marzo de 2002, con lo que hacía cuatro años que el Rey no bajaba a lo que Rabat considera sus provincias del sur.