Una vida dedicada a formar judokas y, sobre todo, personas
El gaditano Agustín Barrios está a punto de cumplir una década como profesor de judo, una experiencia que le hace sentirse «vivo día tras día»
Actualizado: GuardarEs mi vida», asegura Agustín Barrios sobre el judo. Más que un deporte, una pasión. Una forma de vida, un modo y un estilo diferente de contemplar la realidad y de hacérsela ver a los demás. A los 2 años comenzó a acercarse a él. Y ya lleva más de 30 años perfeccionándolo. Le queda poco para alcanzar la década como profesor y, lejos de aburrirse, aún sigue empleando su tiempo libre en involucrarse mucho más en todo lo que sea estar cerca de un tatami.
A tanto llega su pasión por el judo que no ha dudado en entregarse en cuerpo y alma a él. Pese a ser licenciado en Ciencias del Mar y técnico en veterinaria, Agustín ha hecho lo imposible para estar ligado permanentemente al judo. «Por la mañana trabajo en una ONG y por la tarde doy clases en el gimnasio y en el colegio», comenta. Además, los fines de semana también trabaja en pos de este deporte acompañando a las concentraciones de jóvenes judokas andaluces que aspiran a convertirse en olímpicos. Y es que Agustín es uno de los cuatro técnicos andaluces que comanda el proyecto olímpico de los JTD (jóvenes talentos andaluces),
Barrios lleva desde hace cuatro años las clases de judo del colegio la Inmaculada (Cortadura). Allí, este judoka disfruta como un niño más de lo que significa pasar una hora y media, cuatro días a la semana, enseñando a los colegiales. Para este campeón andaluz de lucha sambo (se proclamó hace dos semanas junto a África Sainz en Granada) supone un honor tremendo encontrarse día a día con sus alumnos. «Me llena de orgullo ver como crecen o el simple hecho de que me vean por la calle y que me señalen con ilusión para decir que 'ese es mi profesor de judo'», reconoce.
De lunes a jueves en una de las aulas de la primera planta del colegio Cortadura, Barrios y sus chicos pasan uno de los momentos más agradables de la semana. Forma a chicos desde los 3 años de edad a los 12. En total, son cerca de 50 pequeños los que tiene a sus órdenes. Para engatusarlos en su primeros pasos en este deporte, echa mano de un repertorio completo de juegos lúdicos para que el aprendizaje sea de lo más ameno. A sus clases se apuntan los alumnos por dos motivos: El boca a boca entre los amigos y también el interés de los padres en que practiquen este deporte.
En este sentido, Barrios dice que lo tiene fácil porque los padres «conocen que el judo es un deporte aconsejado por la Unesco porque estimula el perfecto desarrollo físico y social de los más jóvenes», advierte.
Invitados
Además, gracias a Barrios, los pequeños judokas que están empezando bajo sus enseñanzas ya han podido competir en un campeonato oficial. Fue hace una semana en los Juegos Deportivos Municipales de San Fernando que se celebraron en el Pabellón Municipal de San Fernando.
La participación del colegio gaditano en un torneo puramente cañaílla tiene como principal culpable a Agustín Barrios. El profesor gaditano recibió la petición de la organización del torneo para que actuara como árbitro de los Juegos Municipales a lo que accedió con una condición muy simple: Que sus muchachos del Inmaculada pudieran concursar a cambio de que él no cobrara por su labor arbitral. Dicho y hecho.