CÁDIZ

Más de 50 jóvenes podrán optar a una vivienda dentro de tres meses

La segunda fase de este programa finalizó ayer con el sorteo de 44 pisos para jóvenes menores de 35 años en régimen de alquiler con opción a compra El Ayuntamiento concretará la tercera fase cuando finalice la expropiación de fincas

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La empresa municipal de viviendas, Procasa, celebró ayer el sorteo de 44 viviendas para jóvenes en régimen de alquiler con opción a compra. En total, 1.291 números entraban en un bombo que ganaba en importancia a los que se usan para la Lotería de Navidad. Cada uno de esos números reflejaba una historia: una pareja que quiere casarse y busca un hogar, una familia que aún vive en casa de sus padres o un chico que, con 34 años, desea salir del domicilio familiar.

Desde las once de la mañana, centenares de personas hacían cola ante la puerta del Palacio de Congresos y Exposiciones. «No por entrar la primera me va a tocar el piso, pero la ilusión no me la quita nadie», comentaba Jose, que participaba en este concurso con el número 536.

Las butacas del auditorio fueron ocupándose poco a poco. Algunos preferían los últimos asientos. Otros deseaban ver de cerca el bombo, «por si había tongo», comentaba María del Carmen, madre de una chica que participaba en el sorteo. Y cuando todos estuvieron sentados, la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, animó a todos los jóvenes «porque esta no es la última que tenéis. En pocos meses, el Ayuntamiento sacará la tercera fase de este programa de viviendas y volverá a sortear, al menos, 50 pisos más».

Actualizar datos

Tras el sorteo, el concejal de Vivienda, Juan José Ortiz, concretó que «en tres meses, como máximo, esperamos abrir de nuevo el plazo de entrega de solicitudes, y aquellos que ya lo hayan hecho en otras ocasiones sólo tendrán que actualizar los datos. Sin embargo, aún no hemos concretado el número de viviendas que pondremos a disposición de los jóvenes, porque estamos pendientes de los procesos de expropiación y otros trámites».

Los nervios estaban a flor de piel, incluso cuando el notario sacó las 44 bolas de los números que quedaban en la reserva. Los lamentos por tener un número menor o mayor que el agraciado recordaban a un partido de fútbol, donde el equipo amarillo siempre se acerca a portería pero nunca materializa sus jugadas.

Ana, la madre de uno de los jóvenes afortunados, se arrancó con palmas por alegrías cuando escuchó el nombre de su hijo «que tiene 28 años y trabaja en Málaga. Él estaba esperando tener una vivienda para casarse y ya, al menos, se la han otorgado. Ahora sólo falta que se vuelva para Cádiz». Otros, como María José Rasco y su marido, volvieron desde Castellón a la búsqueda de un nuevo hogar, «aunque todavía estamos viviendo en casa de mi madre. Si alguna vez nos toca, seremos felices para siempre».