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Japón da la sorpresa y gana el primer Clásico Mundial de béisbol
A Cuba le queda la satisfacción de haberse enfrentado a los jugadores profesionales de las Grandes Ligas y haberlos derrotado
Actualizado: GuardarEl ataque agresivo del equipo de Japón fue el arma perfecta que les abrió el camino para conseguir la victoria por 10-6 frente a Cuba en la final del primer Clásico Mundial y proclamarse campeones.
Cuando todo parecía que estaba a favor de Cuba, el equipo sensación, que también contra todos los pronósticos ganó a los favoritos al título como eran República Dominicana, Venezuela y Puerto, todos ellos con estrellas de las Grandes Ligas, Japón salió al Petco Park de San Diego para que tampoco se cumpliesen los pronósticos.
La estrategia del equipo nipón se puso de manifiesto desde el primer lanzamiento que hizo el abridor Ormari Romero al castigarlo con dos imparables que iban a costarle tres carreras a Cuba. El dirigente cubano Higinio Vélez decidió sacar a Romero y trajo a Vicyohandry Odelin, quien inmediatamente golpeó al jardinero Hitoshi Tamura para enviar al plato la primera carrera del partido.
A partir de ese momento la suerte del juego ya estuvo echada a favor de Japón que anotó una carrera más antes de completar los tres "outs" del episodio inicial. Japón no sólo se había puesto con ventaja sino que además descubrió que el pitcheo cubano, que utilizó a ocho lanzadores, no iba a tener su mejor noche.
Otro racimo de dos carreras en el quinto episodio con Norberto González en el montículo los acerba más al triunfo y aunque el ataque de cuba reaccionó con un par de anotaciones en la sexta y en la octava, respectivamente, para ponerse con parcial de 5-6, de nuevo el pitcheo no le respondió.
Cuba llegó al noveno episodio con la ilusión de remontar la carrera de desventaja y cuando menos llevar el partido a entradas extras, pero esta vez con Adiel Palma en el montículo, no tampoco respondió, ni tampoco la defensa para dejar que Japón les hiciese el segundo y definitivo racimo de cuatro carreras.
Japón estaba ya a las puertas de conseguir la primera victoria en un torneo importante desde que conquistaron el primer lugar en la Copa Intercontinental de 1997.
En sus 10 viajes a la final de torneos grandes, solamente habían ganado en otra ocasión (1973), también en la Copa Intercontinental, pero estaban muy lejos del palmarés único del equipo de Cuba, el mejor de todos los tiempos en la competición del béisbol aficionado.
Derrota cubana
Los actuales campeones de la Copa Mundial, Juegos Olímpicos y Copa Intercontinental, no pudieron completar el cuarto título, aunque a la novena cubana le queda la satisfacción de haberse enfrentado a los peloteros profesionales de las Grandes Ligas y haberlos derrotado.
La ironía para Cuba fue el ver que para el partido contra Japón, que se disputó ante una asistencia de 42.696 espectadores que llenaron el Petco Park de San Diego, sólo el jardinero Ichiro Suzuki, que milita con los Marineros de Seattle, era el único profesional que iban a tener de rival.
Pero fue Suzuki, quien pegó dos imparables y anotó tres carreras, el bateador designado Nobuhiko Matsunaka ligó tres indiscutibles y piso dos veces la registradora para Japón, siendo el frente duro del ataque de Japón.
También lo hizo bien el jardinero Tamura, el primera base Michiniro Ogasawara, el antesalista Toshiaki Imae y el bateador emergente Kosuke Fukudome, que se fueron todos ellos con un par de carreras impulsadas cada uno.
El estelar abridor japonés Daisuke Matsuzaka, quien había derrotado a los cubanos en los Juegos Olímpicos de Atenas, volvió a tener una gran actuación y se convirtió de nuevo en el verdugo de los bateadores cubanos, con la excepción de Eduardo Paret que pegó jonrón solitario en la parte baja del primer episodio.
Matsuzaka (3-0), que se fue invicto del torneo y 0,69 de promedio de efectividad,ka (3-0) se quedó con la victoria al lanzar cuatro entradas completas para permitir una carrera, el jonrón solitario de Eduardo Paret, no dio bases por bolas y sacó cinco ponches. "Esta fue mi primera experiencia de lanzar en un juego con el Campeonato Mundial en la línea", dijo Matsuzaka. "Al principio sentí mucha presión, pero una vez comenzó el partido todo fue diferente".
El relevista Akinori Otsuka, cuarto lanzador que utilizó Japón, se quedó con el rescate después de lanzar una entrada y dos tercio para espaciar dos hits con una carrera, no regaló boletos y ponchó a dos bateadores.
El ataque cubano tuvo en Cepeda que se fue de 4-2 con tres impulsadas, anotación y Paret que ligó par de imparables en cinco turnos al bate para dos carreras producidas y anotada a los más destacados.
La derrota fue para Romero (2-1), que sólo pudo sacar el primer "out" del partido para luego ser castigado con dos imparables y tres carreras, dio una base por bolas y no abanicó a ningún bateador.
Japón había vencido en las semifinales por 6-0 a Corea del Sur, mientras que Cuba se impuso 3-1 a República Dominicana.