«Un parto muy complicado»
China, Rusia y Ucrania son los países que satisfacen la demanda de las parejas gaditanas
Actualizado: GuardarLa inocente historia de que los niños vienen de París, del pico de la cigüeña, no tiene ninguna credibilidad para los 'peques' de hoy. La piadosa mentira tiene los días y las horas contadas desde que en los colegios existe un amplio abanico de procedencias. Alumnos extranjeros y nacidos en España, de razas, etnias y culturas diferentes, compartiendo una misma aula. Esta situación está motivada, en gran parte, porque las parejas andaluzas adoptaron, en los últimos años, niños de 24 países distintos.
Antaño, muchos padres optaban por esconder a sus hijos que existían otros progenitores biológicos. Pero los tiempos cambian, y ahora hay parejas que prefieren que los pequeños sepan cuáles son sus orígenes para que no se lleven ninguna sorpresa con el paso de los años.
Pequeños que nacieron en Bolivia, Europa del Este, China o Rusia, entre otras zonas del mundo, han contribuido a la felicidad el año pasado de 647 hogares de la Comunidad. Por países de origen, Rusia y China despuntaron con 320 y 170 adopciones realizadas.
Pocos africanos
En el otro extremo están aquellos estados donde se cerraron menos expedientes. Del continente africano escasearon las peticiones de españoles interesados en niños nacidos allí. Pero sí las hubo. Varios padres decidieron marcharse a Mali, Congo, Guinea Ecuatorial y Marruecos.
En 2004, los gaditanos adoptaron a 41 chinos, 23 rusos y cinco ucranianos. Por municipios, a Cádiz llegaron ocho, doce a Jerez, nueve a Algeciras y diez a El Puerto. Estos padres desembolsaron entre un millón y medio y cinco durante la tramitación para ahijar a un niño ruso.
En aquellos países donde existen menos recursos para atender a los niños huérfanos o abandonados por sus padres, es probable que los menores presenten problemas de salud como «la desnutrición», aseguran desde AFAN. Pero también dan más facilidades para la adopción «como es el caso de China».
En la Asociación de Familias Adoptantes recuerdan cómo el Gobierno ruso decidió bloquear las adopciones internacionales durante un tiempo; lo que dejó a muchos padres sin sus hijos. En esta tesitura se encontró una vecina de El Puerto, que prefiere guardar el anonimato. La mujer tiene un niño ruso y una niña ucraniana y aún recuerda el momento del regreso a España con la pequeña, y encontrarse las fronteras de Ucrania cerradas.
Trámites lentos
Sin embargo, a esta madre lo que verdaderamente le preocupa es la «lentitud» de algunos trámites, que a su juicio son innecesarios. «Tuve que pasar por un curso para ver si era apta o no cuando tenía ya un hijo».
Esta especie de cursillo es definido por esta portuense de una forma muy descriptiva y que sirve para entender cuánto ha pasado hasta tener a sus niños con ella. «Increíble, echas una solicitud y tardan seis u ocho meses en llamarte para que hagas el curso, que tiene una duración de entre cuatro o cinco semanas, convirtiéndose en un parto muy complicado».