ESPAÑA

El Gobierno sostiene que las víctimas no van a condicionar la búsqueda de la paz

El PSOE cree que el final del túnel está cerca porque la banda puede «dar un paso adelante» y mantiene que la organización está «muy débil»

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El Gobierno tendrá en cuenta a las víctimas del terrorismo, pero su opinión no va a condicionar el trabajo para abrir un proceso de paz. El secretario de Estado de Comunicación sostuvo que el Ejecutivo «no puede dejar» de intentar lograr el final de la violencia y rastrear las posibilidades existentes porque las víctimas estén en desacuerdo con el diálogo con ETA y exijan su rendición. El PSOE, a su vez, trazó un cuadro optimista de la situación y su portavoz en el Congreso señaló que «es previsible» que ETA, que «está mal», pueda dar «un paso adelante» y «podamos ver la luz al final del túnel».

Lo primero de todo es «el interés general», afirmó Fernando Moraleda. El Gobierno, garantizó, «va a respetar» las opiniones de las víctimas del terrorismo por más desfavorables que sean a la estrategia gubernamental, pero sus criterios no van a ser una rémora para «explorar las posibilidades de paz» porque es un anhelo mayoritario en la sociedad. Unas palabras en línea con la tesis expuesta por José Luis Rodríguez Zapatero, quien apuntó el pasado domingo que «humanamente» comprendía a las víctimas, pero su «responsabilidad como presidente del Gobierno es terminar con la violencia».

Principal escollo

El jefe del Ejecutivo y otros miembros de su Gabinete han afirmado que es una equivocación enfocar el final de la violencia a través de la dialéctica de vencedores y vencidos, como plantean el PP y muchas organizaciones de víctimas, porque, en palabras de Zapatero, lo que tiene que «vencer es la libertad, la justicia, la democracia y la paz». Una opinión similar tiene la vicepresidenta primera, quien manifestó que el debate sobre el escenario final «no debe plantearse» en términos de ganadores y perdedores.

Fuentes gubernamentales reconocen que la postura de las víctimas será uno de los principales escollos si es que ETA anuncia el abandono definitivo de las armas y se abre un proceso de paz porque su exigencia de que haya «una rendición» y «unos vencidos», los terroristas, no facilitará la labor gubernamental. Con el agravante, agregan las fuentes, de que sus opiniones tienen un amplio eco social y cuentan con el respaldo político del PP. El Gobierno espera, no obstante, que la actitud beligerante de las víctimas se module si la banda anuncia el cese definitivo de la violencia, pero si no es así, la hoja de ruta de Zapatero se aplicará sin variaciones.

Las fuentes consultadas subrayaron el hecho de que en la anterior tregua de ETA, en 1998, las víctimas no contaban con la organización y los medios de ahora, su voz tenía menor repercusión ciudadana y se encontraban, además, en sintonía con el Gobierno de Aznar, cuya actuación en aquel alto el fuego nunca fue puesta en tela de juicio. Al revés que ahora, que son grupos con infraestructura, su opinión tiene especial relieve y están en desacuerdo con la estrategia de Zapatero.

Alfredo Pérez Rubalcaba, a su vez, dibujó un panorama alentador de la situación de ETA. «Está mal -dijo- y, por tanto, es previsible que pueda dar un paso hacia delante, que podamos ver la luz al final del túnel». El dirigente del PSOE afirmó que hay dos «realidades objetivas» que avalan el optimismo: los terroristas «están muy débiles», y aunque pueden matar «no les interesa»; y, por otra parte, Batasuna ejerce «una presión sobre ETA» porque quiere «entrar en la vida política».

El portavoz socialista lamentó también la estrategia de «vacunación» del PP para rechazar, si se produce algún día, el alto el fuego definitivo. Denunció que los populares «están colocando encima de la mesa un conjunto de hechos», como la presencia del PCTV en el Parlamento vasco, el cese del fiscal Fungairiño o el congreso de Batasuna, para que si ETA anuncia el abandono de la violencia, puedan decir al Gobierno «qué precio político has pagado por eso».