Presión, por favor
Actualizado:Conste que no me pareció penalti la caída de Medina en el área navarra, mientras que sí pudo serlo el cometido sobre Estoyanoff, pero ya era hora de que nuestro amable presidente se preguntara en alto si para que hagan caso a tu equipo hay que protestar por los arbitrajes. Por supuesto que sí, señor Muñoz. Es más, no le quepa la menor duda de que tras el robo de Villarreal, esa era su obligación y no contentarse por el hecho de que le quitaran la tarjeta al Cacique, algo obvio por otra parte. No hace falta llamarse Real Madrid o Barcelona para organizar una campaña mediática tras semejante patinazo arbitral y, aunque nadie iba a devolvernos los dos puntos sustraídos en la ciudad de los azulejos, a buen seguro que un árbitro bien presionado nos lo hubiera compensado a las primeras de cambio. Y ahora que parece que funciona la Federación de Peñas, no habría estado de más que los dos últimos colegiados que han saltado al Carranza, en su calidad de representantes del estamento arbitral, lo hubieran hecho en medio de una monumental pitada y con las gradas luciendo miles de cartulinas negras. Eso, de toda la vida se ha llamado presión y tener oficio, pero aquí le hemos cogido demasiado gusto a la deportividad, la simpatía y el ya manido cántico de la borrachera como filosofía de vida, por no hablar del habitual e inexplicable aplauso al jugador que se autoexpulsa y deja a su equipo en cuadro.
Dicho lo anterior, guardo en mi retina el buen sabor de boca que nos dejó quien a buen seguro está llamado a ser el nuevo ídolo cadista. Y es que en la tierra del arte, el buen pase, el doble regate, los taconazos, la rotura de cintura del defensa rival o las cachitas, por no hablar de los magistrales lanzamientos de falta, eran habilidades que no conocían los jóvenes aficionados de las concentraciones domingueras en La Laguna, pues sólo por referencias de sus mayores sabían de un tal Mágico. Quizás, aunque Mágico sólo habrá uno, estamos ante el nacimiento de una nueva estrella, o al menos, eso es lo que nos han vendido del lateral Vella. Ironías aparte, enhorabuena al culpable de que Lobos esté entre nosotros.