Un jurado declara inocente a un hombre que mató a su hijo por "miedo insuperable"
La víctima pidió a su padre que le dejase volver al domicilio paterno, pero éste se negó por la mala relación y las amenazas y agresiones
Actualizado: GuardarUn jurado popular, compuesto por nueve personas, ha declarado inocente por "miedo insuperable" a un padre que mató a su hijo con una escopeta en un cortijo situado en el municipio de Canjáyar (Almería) en 2004, tras mantener una discusión. La abogada de la defensa, María Piquer, ha explicado que, tal y como publica hoy La Voz de Almería, fue el lunes día 20 cuando concluyó, tras tres días de juicio, el proceso por el cual se juzgaba en el Palacio de Justicia de Almería a F.R.R, de 66 años por un delito de homicidio.
Los hechos tuvieron lugar el 4 de julio de 2004, cuando el acusado se encontraba en el cortijo de su propiedad en el municipio de Canjáyar y se presentó su hijo F.R.G, de 35 años acompañado de su hermano menor. La víctima pidió a su padre que le dejase volver al domicilio paterno, éste se negó por la mala relación existente en la que ya había denuncias por amenazas y agresiones. Tras comenzar una fuerte discusión, el acusado cogió una escopeta de caza y en un forcejeo le disparó. Fue el propio padre el que llamó a la Guardia Civil y dijo que se le había disparado la escopeta y que había herido a su hijo en el estómago.
Las calificaciones del fiscal y las alegaciones de cada una de las partes destacan que, por su parte, el fiscal, en un principio, solicitó para el acusado una pena de nueve años de cárcel por homicidio, pero una vez escuchados todos los testimonios, pidió en sus conclusiones definitivas una pena menor que fijó en cuatro años. De esta forma, solicitó la mínima pena e incluso alegó una circunstancia atenuante como era que el hombre había actuado impulsado por unas circunstancias que de alguna forma le habían perturbado la consciencia.
Por su parte, la defensa alegó la circunstancia completa de "miedo insuperable" y expuso que el acusado disparó sobre el cuerpo de su hijo ante "el inminente temor" de que éste cogiese la escopeta y acabase con su vida, viendo la actitud cada vez más agresiva y amenazante de su hijo del que llevaba ya "muchos años recibiendo palizas y vejaciones".