«Muchas mujeres están casadas con la opción menos mala»
Rosetta Forner sacude la conciencia de aquéllas que aceptan un rango de inferioridad frente a los hombres, en su éxito editorial 'La maldición de Eva'
Actualizado:Rosetta Forner retoma las relaciones entre hombres y mujeres en su última obra, La maldición de Eva. La escritora y coach de ejecutivos pretende «dar una sacudida» a las «damiselas de diadema floja» para que tomen la decisión de convertirse en reinas. Según la teoría de Forner, las mujeres que no profundizan en sus emociones y asumen el rol de inferioridad frente a los hombres se sienten, además, «culpables por no ser suficientemente buenas, altas, bajas o comprensivas».
-Este libro es la continuación de En busca del hombre metroemocional.
-Todo surge en una entrevista de radio. Cuando se cerraron los micrófonos, los hombres que estaban en el estudio se lanzaron en picado para hacerme consultas sobre lo que les pasaba con sus novias. Supe que tenía el próximo libro y dije: «Voy a desmontar a Eva».
-Desmontar las consignas que la sociedad impone a las mujeres.
-Claro. Si a una mujer que va a cumplir los treinta se le dice que se le pasa el arroz, lo que subyace es que tiene que hacer honor a lo que ella es: una fábrica de niños. De lo contrario, su vida no tendrá sentido y no se habrá realizado.
-¿Cómo se consigue ese control?
-Mediante la amenaza: «Si no haces esto, te castigaremos, porque carecerás de un montón de cosas que sólo puedes adquirir a raíz de ser madre». Y te quedarás sin pareja, que es la peor de las maldiciones.
-En el libro escribe que a las mujeres «se las empuja hacia el matadero -perdón, matrimonio-».
-La mayoría de la gente está junta por las pymes emocionales, para pagar casas más grandes. Otras parejas sirven para disimular soledades. El matrimonio que no sea por amor y convicción es un matadero. En general, la gente no está satisfecha con su vida. Entonces, ¿cómo vas a estar a gusto con tu pareja, si no lo estás contigo mismo? Muchas están casadas con la opción menos mala, no con su sueño.
-Usted dice que la procreación es una maldición.
-Tener hijos no es una maldición, pero a la mujer se le ha hecho creer que la maternidad sí lo es. Son cosas distintas. Ser madre se le presenta como la única vía para expresar su creatividad. También existe una parte profesional.
-A menudo las mujeres abandonan sus carreras por la familia.
-Lo hacen o la sociedad las castiga.
Si no te casas, eres una desgraciada emocional. Si no tienes hijos, una fracasada como mujer. Si no cumples las consignas del libro gordo de Petete social, eres una caca de la vaca. Como mujer, estás en la Tierra para ser la compañera, siempre en rango de inferioridad, de un hombre. Es la maldición de Eva, surgida de una mísera costilla.
-¿Perdura aún esa visión?
-A las mujeres se las ha hecho creer que son trofeos en una vitrina. Si te elige un albañil, vales 5 euros; pero, si lo hace el presidente de una compañía, eres muy valiosa. En cambio, si no te coge nadie, eres una mierda que no vale para nada. Ni siquiera existe la posibilidad de que se pongan precio a sí mismas: «Soy un diamante de Tiffany's y valgo 300.000 euros». Todo esto, muchas mujeres se lo siguen creyendo.
«Sin bragas y a lo loco»
-Distingue varios tipos de damiselas: La Lolita sin piruleta, la Maricaprichines...
-La Sin bragas y a lo loco. En total, son diez comportamientos damiseriles, prototipos de los que se dan en la sociedad actual.
-Podría poner algún ejemplo.
-No quiero dar nombres. Mi editor quiso hacerlo y le dije que no, porque es entrar en un territorio peligroso. Yo pregono mucho el respeto a la dignidad y considero que cada uno puede hacer lo que le de la gana. No voy a ponerles una etiqueta. Que cada uno decida quién es y lo que desea ser.
-Algún famoso se verá reflejado.
-Inevitablemente. Todo el mundo va a reconocer a unas famosas más claramente en unas tipologías que en otras. Pero no escribí el libro pensando en las famosas, sino en la gente corriente de a pie.
-¿Hay esperanza para las damiselas?
-Por supuesto. Todas llevan una reina en su interior. Que la despierten o no es otra historia.