Zapatero reclama al PSOE que defienda el acuerdo con CiU sobre el 'Estatut'
El presidente del Gobierno quita hierro a las críticas de Bono a Maragall ante las protestas de los socialistas catalanes
Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero reclamó ayer a los dirigentes de la ejecutiva de su formación que defiendan con ahínco el pacto alcanzado con CiU para la reforma del Estatuto catalán. La relación privilegiada que, desde el pasado 21 de enero, mantiene el partido que lidera Artur Mas con el PSOE ha despertado los recelos de los socialistas catalanes. Temen que los nacionalistas capitalicen todo el éxito del proyecto ante los ciudadanos y que la «mayoría progresista» lograda en los últimos comicios, tras 23 años de hegemonía nacionalista, se diluya. El jefe del Ejecutivo dejó claro, sin embargo, que la estrategia del partido seguirá adelante, caiga quien caiga.
La primera señal de malestar ante esta nueva situación la lanzó hace dos semanas el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Ante el propio Zapatero, durante la reunión del Consell Nacional del PSC, advirtió de que consideraría un «fraude histórico» que la alianza con los nacionalistas hiciera peligrar la estabilidad del Gobierno tripartito. El jefe del Ejecutivo no respondió entonces. Pero es evidente, a ojos de varios dirigentes socialistas, que las relaciones entre el presidente del PSC y el secretario general del PSOE no atraviesan su mejor momento.
Montilla se queja
El secretario general de los socialistas catalanes y ministro de Industria, José Montilla, fue víctima de esta tensión durante la reunión de ayer de la ejecutiva federal al protestar ante sus compañeros por el trato que se está dispensando a Maragall desde las propias filas socialistas. En concreto, se refirió a las críticas del ministro de Defensa, José Bono, quien -en declaraciones recientes- acusó al presidente de la Generalitat de ser una fuente continua de «problemas»; algo que, a su juicio, desgasta innecesariamente la figura del jefe del Ejecutivo catalán.
Su queja -según fuentes de la reunión- no tuvo el efecto esperado. Lejos de reprobar la actitud de Bono, Zapatero quitó hierro al asunto y recordó que tanto el Gobierno como el PSOE han tenido que afrontar situaciones comprometidas a lo largo de la legislatura por las salidas de tono del líder del PSC. Muchos socialistas hacen responsable a Maragall del desgaste electoral que ha generado el debate del 'Estatut'. La ambición, defienden distintos dirigentes, hizo al presidente catalán apoyar un texto mal resuelto para pasar a la historia como el autor del cambio. Y el peso de hacerlo asumible recayó injustamente en la dirección nacional. Si ahora tiene que sufrir las consecuencias, dijeron las fuentes consultadas, «que apechugue».
Apoyo de Esquerra
La prioridad de Zapatero está en lograr un «buen» texto y en restañar la imagen de su Ejecutivo. Por eso, la adhesión de ERC al Estatuto, que tanto beneficiaría al PSC, ha pasado a ser secundaria. Los socialistas siguen considerando deseable el apoyo de los independentistas, pero sus esfuerzos para atraerles al pacto son mínimos.
Zapatero espera así que el trabajo duro para mantener la estabilidad del tripartito lo hagan sus protagonistas y no corra a cargo del Gobierno central. En cualquier caso, tras la manifestación del sábado en Barcelona, pocos confían en un cambio de actitud de ERC.