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la posguerra en irak

Al menos 22 muertos y 28 heridos tras la explosión de un coche bomba en Bagdad

Un total de 18 funcionarios y agentes policiales iraquíes han sido detenidos por su presunta implicación en asesinatos y saqueos

EFE | BAGDAD
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Al menos 22 personas han muerto y 28 han resultado heridas hoy por la explosión de un coche bomba a la entrada de un mercado de una zona chií del suroeste de Bagdad, según el teniente Mohamed Jayoun, de la Policía iraquí. El automóvil estaba aparcado en una calle situada a unos 30 metros de un puesto de control de la Policía instalado en un área predominantemente chií del barrio de Dora, mayoritariamente habitado por suníes. El objetivo fallido del atentado pudo ser una patrulla de la Policía, según el teniente Maitham Abdul-Razaq.

Otro portavoz policial, el general Mahdi al-Gharawi, precisó que la bomba fue detonada por control remoto y que un iraquí sospechoso de haber provocado la explosión ha sido detenido. Dora es uno de los barrios más peligrosos de Bagdad y desde el verano de 2003 ha registrado casi a diario ataques con coches bomba y minas terrestres.

Detenidos 18 policías iraquíes acusados de asesinato y saqueo

Un total de 18 funcionarios y agentes policiales iraquíes fueron detenidos por estar supuestamente implicados en asesinatos, saqueo y acciones que provocan la "discordia sectaria", según informaba hoy la televisión iraquí Al Horra Al Irak. La emisora, que cita al asesor del ministerio de Defensa, Mohamed al Askari, indica que los arrestos los llevaron a cabo soldados iraquíes.

Los policías llamaron la atención de los soldados porque operaban en el sector de Al Karj, en el oeste de Bagdad, cuando sus credenciales les autorizaban a actuar sólo en el sector de Al Rasafa, en el este de la capital. El responsable iraquí dijo que en el momento en que fueron sorprendidos, los policías llevaban detenidos a un hombre de 50 años y a un estudiante de la Facultad de Farmacia.

El arresto de los policías se llevó a cabo en coordinación con el ministerio del Interior, que había recibido quejas de habitantes de Al Karj contra agentes de la policía que realizaban robos, arrestos indiscriminados y otros crímenes en ese barrio. Al Askari explicó que en los primeros interrogatorios, los policías han confirmado su participación en esos delitos con los objetivos de conseguir dinero y atizar la violencia sectaria. "Es difícil controlar a todos los miembros de los ministerios de Defensa e Interior y precisar de forma cabal cuáles son los mercenarios que desprestigian a los aparatos de seguridad".