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La carga cofrade en el Carnaval

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Las cofradías gaditanas mira que bonita van, es el cargador de Cai el que marca ese compás, cuando levantamos el paso ponemos el corazón, listos los de atrás, listos y al cielo con él, ole viva el cargador.

Me gusta cargar en Semana Santa, aunque después yo no mueva un deo ni en una mudanza, me gusta cargar porque yo creo, yo creo, yo creo, yo en el cachondeo.

Entre estos dos estribillos hay veinte años de diferencia. El primero fue interpretado por la comparsa de Barbate Cargaores gaditanos en el año 1986, con la que Manolo Varo conseguía colarse en aquella polémica final. Y digo polémica porque fue la misma en la que cantaron Los tontos de capirote, de Javier Osuna. Curioso sin duda que se encontrasen esa noche dos agrupaciones que trataban un mismo tema de forma tan distinta. Varo hizo las delicias de los aficionados a la Semana Mayor con un tipo muy gaditano, valga la redundancia, después de la experiencia fallida del año anterior con Los Danzarines de Bangkok, que era una idea totalmente opuesta.

El grupo barbateño trataba la Semana Santa como les gusta a los cofrades. En realidad se trataba de una representación del mundo de la carga en Cádiz. Sus letras en la mayoría de los casos estaban cargadas de sensibilidad y abordaban temas delicados. Es más, las expresiones que utilizaba el capataz Varo eran las propias de las personas que ostentan esa responsabilidad.

El movimiento del 36

Curiosamente, 20 años después nos hemos encontrado con una chirigota, El movimiento del 36, que trata este tema tan delicado e identificativo de la Semana Santa de una forma completamente opuesta. Para empezar llevan encima del paso una lavadora con toda la carga sarcástica y de cachondeo que eso conlleva. Además en este caso las expresiones del capataz Libi siempre están orientadas a buscar la risa del respetable y en ningún caso se asemeja a lo que diría cualquier poseedor del martillo en un paso. Eso sí, Emilio Gutiérrez hace una fantástica recreación irónica de Ramón Velázquez, que es lo que en el fondo ha buscado la agrupación: imitar al capataz más popular e impopular de los últimos años en Cádiz.

Eso sí, hallamos algunas similitudes dignas de mención, especialmente en la temática de los pasodobles. Y es que, independientemente de lo que Santander nos tenga preparado para la Gran Final en el caso de que finalmente acceda, la chirigota ha tratado en la mayoría de los pasodobles asuntos muy serios como las conmemoraciones dramáticas (poniendo como ejemplo Trafalgar), los asustaviejas o la reforma del Club de Tenis que, según ellos, sigue privilegiando a los pudientes. Para enmarcar el de presentación en el que dejaban claras sus intenciones de no herir susceptibilidades, algo de lo que ya nadie tiene ninguna duda.

Pese a las diferencias a la hora de tratar el tema de la carga es obvio que no se trata con desprecio a la Semana Santa. Otras agrupaciones de este año y de otros anteriores no pueden decir lo mismo.