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Rusia oculta la verdad sobre Stalin

El informe en el que Nikita Kruschev condena los crímenes del dictador ante el XX Congreso del PCUS continúa sin publicarse en su totalidad 50 años después

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Cincuenta años después de que Nikita Kruschev destapara los crímenes del estalinismo en el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), el Estado ruso continúa reacio a condenarlos con determinación. Gran parte del texto del sensacional informe sobre «el culto a la personalidad» del sanguinario dictador soviético, leído por Kruschev ante los delegados del Congreso el 25 de febrero de 1956, mantiene la clasificación de secreto. Y es que el culto a Stalin tiene lugar en la Rusia de hoy. El ex presidente Mijaíl Gorbachov, que cumplirá 75 años el 2 de marzo, afirma que es preocupante.

Algunos medios de comunicación rusos aseguraban hace unos días que, con motivo del 50 aniversario del XX Congreso del PCUS, el informe de Kruschev sería desclasificado. Un ejemplar del voluminoso texto debería haber figurado entre los objetos de la exposición que el Museo de Historia de Moscú acaba de inaugurar con motivo de aquel importante cónclave comunista. Estaba previsto también que el documento apareciera en su totalidad en una pantalla interactiva.

Se ve que una decisión de última hora de algún funcionario lo ha echado todo a perder. En la muestra hay fotografías, acreditaciones de los delegados del congreso, objetos personales de Jrushiov, una gorra militar de Stalin y una de las viseras que utilizaba Bulat Akudzhava, el bardo que más canciones ha dedicado a las víctimas del tirano soviético. Sin embargo, el informe secreto de Kruschev brilla por su ausencia.

Líder absoluto

El XX Congreso de los comunistas soviéticos, al que asistieron 1.349 delegados y fue bautizado como el del deshielo, tuvo lugar del 14 al 25 de febrero de 1956. Tres años antes había muerto Stalin. Kruschev quería consolidarse como líder absoluto frente a sus poderosos rivales, Malenkov, Bulganin, Mólotov, Voroshílov y Kaganóvich. El Congreso, el primero tras la desaparición del temido dictador, era una oportunidad única de ganar posiciones. Jrushiov leyó su informe el día de la clausura, el 25 de febrero, y sus revelaciones dejaron de piedra al auditorio. No hubo aplausos porque en la sala se encontraban los cómplices directos del terror estalinista, empezando por el propio Jrushiov.

En el informe se presentaba a Stalin como un déspota cruel, incompetente y huraño. Intolerante y responsable de la penuria económica que padecía el país. Se le acusaba de haber dado orden de enviar a los gulag (campos de concentración soviéticos) a dos millones de personas entre 1935 y 1940, de las que 700.000 fueron fusiladas sin juicio previo. Durante su mandato, Stalin acabó con más de cinco millones de soviéticos.

En su discurso, Kruschev sostenía que el NKVD, el ancestro del KGB, utilizaba el tormento como medio para obtener confesiones e incluso que Stalin participó en algunas torturas. Desmonta, además, el mito de que fue su genialidad la que permitió ganar la guerra a la Alemania nazi y recrimina las deportaciones que ordenó de etnias enteras. Ante la polvareda que levantó y para evitar la desestabilización del régimen, se archivó el informe. Se publicó una sola vez en los años de la perestroika, pero volvió a desaparecer después de los fondos accesibles de los archivos.