El Cádiz B cae ante un defensivo Los Palacios en un partido que era de empate

Cuando mejor jugaba el Cádiz B, cuando empezaba a trenzar jugadas de mérito ante los poco más de cuarenta valientes que acudieron a ver el encuentro, se hizo realidad el tópico: gol del equipo que menos lo merecía. Además, fue un tanto de los que duelen, al borde del intermedio, en el momento en el que los jugadores empiezan a preparar mentalmente la segunda parte. Y de penalti improcedente. El destino fue tan desapacible con el filial como la mañana en el Municipal La Bodega.

Porque al final ganó el que tuvo más oficio, no el que lo mereció. Pero en fútbol, no siempre vence el que más méritos hace, sino el que suele ser más listo y los de Juanma Corbacho cumplieron su papel a la perfección. Tenían un plan y lo cumplieron a rajatabla: marcar un gol y encerrarse atrás sin complejos. En La Bodega el eso fue lo que pasó ayer. El Cádiz B completó uno de sus partidos más completos en cuanto a elaboración de jugadas se refiere. Tuvo más iniciativa que su rival y jugó casi todo el encuentro en el campo de los sevillanos. Además, creaba ocasiones gracias a la movilidad del tridente formado por Finidi, Nico y Miguel Ángel. El nueve cadista estuvo especialmente fallón. A pesar de que lo intentó, siempre tuvo un defensa que le taponaba cuando se dispuso a rematar. Los centrales fueron un frontón para el ariete amarillo.

Gélido segundo tiempo

Tras el jarro de agua fría que supuso el gol de Raúl Domínguez, el Cádiz afrontó la segunda mitad resignado a su suerte, con la sensación de que no se estaba haciendo justicia a lo que acontecía en el terreno de juego.

Decayó el juego de los de Calderón en el transcurso de la segunda parte. Ya no tuvo la misma alegría que en el primer período, ya sus acometidas iban siendo cada vez más escasas y basadas fundamentalmente en el balón parado. El Cádiz B quiso aprovecharse del viento, pero el oficio de los jugadores de Los Palacios abortaba cualquier oportunidad de acercamiento. Los sevillanos fueron fieles así mismos hasta el final, quizás por eso ganaron.