El premio que de verdad importa
Actualizado:Pocos autores, por no decir ninguno, dejan su sello tan marcado como lo hace este autor en sus obras. Sin lugar a dudas, Juan Carlos aragón Becerra es uno de los grandes del Carnaval de Cádiz. Este licenciado en Filosofía comenzó a hacer sus pinitos allá por el año 1983 con una comparsa llamada Contrabandistas, por la que dice su padre estuvo a punto de echarle de casa.
Pero fue en 1994, una vez finalizados sus estudios, cuando escribe la chirigota Un peaso coro, con la que se presenta al Concurso Oficial de Agrupaciones. Al año siguiente con Los tintos de verano alcanzó las semifinales llevándose el primer cajonazo. Con Los guiris alcanza la Gran Final y consigue el cuarto premio. Le siguió otro de los cajonazos que ha sufrido con Kadi city, ciudad sin ley, y posteriormente Las ruinas romanas.
Alcanzado este punto decidió cambiar de grupo, y obtuvo el mayor de los éxitos hasta ese momento, el primer premio de la modalidad de chirigotas con Los Yesterday. Y en el 2000 Flamenkito Apaleao obtiene el cuarto premio. Ya deleita con bellos pasodobles con estas dos últimas agrupaciones.
Y es en el 2001cuando acepta el difícil reto de escribir, no sólo la chirigota correspondiente, sino también se atreve a hacerlo para parte de un grupo reconocido en la modalidad de comparsa que decidió separarse de su anterior autor.
Con Los Condenaos acaricia el primer premio y suma otra chirigota como cuarta clasificada, Los Panteras. Es al año siguiente cuando si alcanza el primer premio en la categoría de comparsa, con Los Angeles Caídos, además de conseguir el quinto premio con la chirigota Vota Pisha (partido independiente de los chavales de Askí). Con el mismo grupo de comparsa obtiene el cuarto premio con Los americanos.
Vuelve a cambiar de grupo, y con 1800 Los Inmortales, se queda a las puertas de la final, primer cajonazo en esta modalidad. El pasado año con El Golfo de Cádiz alcanzó la final y un quinto premio. Y en esta edición se atreve de nuevo con una chirigota Operación Ninfa: por la igualdad de género, y una comparsa Los Parias, ambas, de momento, en las semifinales del concurso.
Un autor que no deja indiferente a nadie, y que ya ha sido criticado por la letra del primero de sus pasodobles que su comparsa cantó el pasado martes en el primer pase de semifinales. Un coco único que se atreve a transmitir como pocos, por no decir ninguno, las cosas tal como las piensa y las siente. Dicen de sus letras que no se entienden en primera instancia, y que sólo las escribe para un público muy minoritario.
Que gusta a sus incondicionales y molesta al resto, sin dejar nadie entre ambos pensamientos. Esto, a día de hoy, puede que le prive de ganar el concurso. Pero posiblemente le sobre a él y a su grupo con la demostrada admiración y pasión que levanta entre sus fieles.
Muchos de estos ni tan siquiera son gaditanos. Seguidores que ante la imposibilidad de escuchar sus coplas en el Falla aguantan hasta la madrugada al lado de un transistor para escuchar sin perder ni un solo detalle de sus versos.
Amantes de sus obras que al día siguiente buscan la forma de adquirir sus interpretaciones para llenarse una y otra vez de esa melodía de sus pasodobles, que comienza por tararear y acaba por cantar. Porque en contra de lo que dicen algunos, hay reuniones en las que si se entona el repertorio de sus obras. Hay quien ataca su persona por no compartir sus ideas, cosa que está fuera de lugar. Como decía antes, puede que no vuelva a obtener ningún premio en el concurso.
Pero el premio del cariño que le muestran quienes lo admiran no se lo puede quitar nadie, y eso es algo que está al alcance de muy pocos.