Coros más allá de Cortadura
En la sesión del pasado martes, actuaron los dos coros herederos de una tradición ya centenaria
Actualizado: GuardarHoy por hoy muchos son los aficionados que por sus mentes pasa la idea de crisis sobre dicha modalidad.Dicha afirmación puede llegar a diluirse si pensamos en el gran número de coros que vemos en la actualidad (más de una docena en el concurso, más alguno que no asiste al mismo); la calidad que han llegado a obtener (algunos aficionados consideran que incluso 11 coros podrían haber entrado en semifinales); y por último, la variedad de estilos que podemos establecer: desde los mal llamados chiricoros, pasando por los coros clásicos (¿es correcto ligar clásicos con serios?), hasta el coro mixto.
En contra de todo esto tenemos algunos síntomas negativos. Quizás demasiados.Entre estos se encuentran el hecho de que al inicio de cada sesión el patio de butacas se encuentre medio lleno (o medio vacío), a la vuelta del descanso ocurra una situación muy parecida, y lo que es más preocupante: la única forma de escuchar tangos en el carrusel de coros es posicionándose uno mismo entre la antigua puerta de Simago y el arco de Garaicoechea. El resto del carrusel se ha convertido en una botellona. Incluso se corre el rumor de que se están creando peñas virtuales (por falta de local) que están buscando lugares alternativos para desplazar el acto popular.
Y en medio de todo este espectáculo el tango gaditano traspasa fronteras y viene de otras localidades hermanas cada año.
Puerto Real
En 1908 sale el coro Los Sarasates. Pero no sería hasta cuatro años después cuando un coro puertorrealeño vendría a Cádiz (eso sí que tiene mérito, con la vuelta que hay que dar sin puente). Hablamos de Los críticos. Uno de los principales autores de aquellos años es Fernando García Armario, que junto a Eduardo Alfaro y José Belizón, entre otros, destacan en los carnavales anteriores a la guerra.
Tras ésta hay que esperar a 1956 para ver de nuevo un coro de Puerto Real. Precisamente tres supervivientes (García-Lillo-Rorro) salieron aquel año en Los alegres trovadores. Pedro Álvarez, Pedro Callealta, Pepe Pizarro o el propio Antonio García son algunos de los nombres propios de la historia de los coros en la villa.
San Fernando
Los coros isleños también llevan más de un siglo sonando. Francisco López Rosado es uno de los primeros autores que se recuerdan. Algunos de sus coros fueron Los jockeys españoles (1932) o Los corsarios de Barbarroja (1936).
Dos años más que sus paisanos de Puerto Real, tardaron los cañaíllas en traer un coro al Carnaval gaditano. Con la autoría de José Ramos Requeté llegaron en 1958 Los pajes de la capa blanca. El éxito de la modaldiad en los años 50 tiene su reflejo en la Isla, eso sí con algo de retraso. Por ejemplo en 1965 vienen dos coros: Los discos de la circulación y Las fichas de dominó. Con el posterior declive de la modalidad no volvemos a ver un coro de dicha localidad hasta 1981 cuando Quini junto a Paco Mora sacan Los caballeros de la noche. De ahí en adelante en muchas ocasiones ha habido incluso dos coros isleños en el concurso. Podemos destacar los de Federico Gavilán, y quizás el más señero y veterano, el coro de la Peña Colorín Colorao de Paco Melero.
La Línea
Desde la otra bahía de la provincia en contadas ocasiones nos han venido coros. Sin mucha suerte, por ejemplo en 1992 se pudo escuchar a El que tiene bozka se equivozka.
Rota
En pocos días cuando comiencen las semifinales juniors podremos ver el coro Nuestro hobby, que viene a crear cantera en esta modalidad
Al fin y al cabo los coros, tan nuestros y a la vez tan olvidados, quizás sean unos incomprendidos de la cultura carnavalesca de masas.