El diseño de la plaza Sevilla y la zona del Puerto abre el debate sobre astilleros
Técnicos y políticos aseguran que la presión ejercida sobre el puerto terminará por plantear el traslado de la factoría fuera de la ciudad La alarma social que generaría acalla las propuestas de los grupos
Actualizado: GuardarEl diseño de la plaza Sevilla amenaza con convertirse en la pieza del dominó que desencadene futuros e importantes cambios en esta zona de la ciudad. Al rifirrafe entre el Ayuntamiento y la Junta por el plan especial que afecta a la plaza Sevilla y a las zonas aledañas a Renfe, se sumó recientemente el PSOE local. Su propuesta elimina las viviendas libres que el Ayuntamiento había previsto junto a las vías del tren y coloca una estación-intercambiador de autobuses junto a la vieja estación.
La Junta ya ha reiterado su negativa a autorizar el plan especial de la plaza Sevilla «porque no se ajusta al Plan General de Ordenación Urbana vigente en Cádiz», según recordó el delegado de Obras Públicas, Pablo Lorenzo. Y a su vez, la alcaldesa, Teófila Martínez, se mostró dispuesta a renunciar a las viviendas, pero manifestó que no permitirá la construcción del intercambiador de transporte.
Así las cosas, el PSOE volvió a mover ficha el viernes al proponer ante la prensa un intercambio al Ayuntamiento: la Junta acomete las obras de la plaza Sevilla y a cambio, el Ayuntamiento le cede la titularidad del Mercado de Abastos para llevar a cabo su reforma. El portavoz municipal socialista, Rafael Román, también le planteó al equipo de Gobierno municipal que opten a una subvención parcial para acometer las obras en la plaza Sevilla, con la orden de la consejería de Turismo, Comercioy Deporte.
Parece improbable, visto como están las cosas, que el asunto se desbloquee. En todo caso, restan pocas semanas para que la alcaldesa inicie el expediente de expropiación de los terrenos a Renfe, si llega a cumplir la amenaza lanzada la pasada semana.
Los arquitectos
Pero el debate ha ido más allá y se ha extendido, no sólo geográficamente, sino también entre sectores de la ciudad como son los arquitectos. Para Julio Malo de Molina, decano de este colegio profesional, cree que más importante que la reordenación de la plaza Sevilla es el futuro del puerto. «A mí me preocupa esto más, porque ahora mismo es una zona caótica, las estructuras urbanas no están resueltas y se hace necesario intervenir, aunque con mucho cuidado». Malo de Molina aboga por derribar la verja y «devolver» el puerto a la ciudad. Es algo que se ha hecho en otras ciudades, como Santander o Alicante, por citar dos, «y ha funcionado bien».
Al parecer, en ese punto sí están de acuerdo técnicos y políticos. El PSOE y PP local aseguran que es necesario ganar espacio para la ciudad y en principio, el terreno más «accesible» es el del puerto. Eso sí, ninguno de ellos son los propietarios del terreno, sino la Autoridad Portuaria o más concretamente, el Ministerio de Fomento. Así lo recordó el viernes la alcaldesa, quien agregó que en ocasiones anteriores, cuando su equipo ha planteado la posibilidad, se le recordó que la valla es intocable. De esta manera, la mandataria municipal espera que el visto bueno de la oposición socialista le facilite sacar adelante el Plan del Casco Histórico que en uno de sus ejes -el que se articula en torno a la plaza Sevilla- se ocupa de la reordenación del puerto.
También hay coincidencia a la hora de vislumbrar el futuro del puerto como una infraestructura destinada al ocio, al recreo y al tráfico de pasajeros. El éxito del puerto nuevo de Barcelona está en casi todas las mentes. Pero también el de La Coruña y otras ciudades más que están en vías de hacer el cambio. La alcaldesa, el viernes, recordó por ejemplo que el Estado invirtió 60.000 millones de las antiguas pesetas, entre los años 1993 y 1994, en la remodelación de la Ría de Bilbao. Cualquiera que haya conocido la ciudad vasca antes de ese proceso y la visite en la actualidad entenderá el alcance de una operación similar.
Unos y otros, políticos y técnicos, manifiestan la necesidad de ganar terreno para seguir evolucionando como ciudad, pero de manera pública sólo se habla del puerto.
En privado, muchos comentan la posibilidad de que Astilleros se traslade definitivamente de la zona para reconquistar ese espacio para los ciudadanos. Sería una apuesta de futuro por la ciudad como lugar de residencia y como capital de servicios y también, por qué no, una apuesta por la bahía como complemento industrial a la capital.
Se escuchan opiniones de uno y otro lado que aseguran que por lógica si la ciudad presiona al puerto para obtener más metros cuadrados, a su vez, el puerto presionará a Astilleros por lo mismo, para ganar ese espacio perdido.
Malos recuerdos
Pero de momento nadie se atreve a decir en voz alta lo que es un grito a voces en la calle, no porque los astilleros suponga un aporte sustancioso al empleo de la ciudad, sino por la alarma social que crearon los diferentes expedientes de regulación, que incluso llegaron a provocar una de las mayores manifestaciones públicas que han conocido la ciudad, que se sumaron a los actos vandálicos y cortes de tráfico.
El temor a que se produzcan nuevos altercados del orden público hace que nadie se atreva a ser el primero en plantear la posibilidad del traslado físico de la empresa.
Hay incluso quien asegura que las polémicas viviendas que están previstas en el diseño del PP cerca de las vías del tren serían como poner una pica en Flandes o el equivalente a cuando Armstrong clavo la bandera norteamericana en suelo lunar. Es decir, para muchos significaría la despedida de Astilleros del término municipal.