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Energía entre el cielo y la tierra

La provincia de Cádiz se apunta al último descubrimiento de Occidente en torno al bienestar de cuerpo y mente, el Qi Gong una gimnasia milenaria china que fortifica el organismo con suaves ejercicios

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Segura y altiva, con la confianza de dos mil años de desarrollo, la sociedad moderna se viste de humildad para mirar más allá de sus propios hallazgos, de sus logros de laboratorio e ingeniería genética. Mira a una civilización cuyo calendario alcanza el año 4704, al vasto territorio que se adapta al patrón de Occidente con pasos de gigante. Mientras China crece al ritmo del modelo de producción norteamericano, el primer mundo vuelve sus ojos hacia la sabiduría milenaria del Extremo Oriente en un intercambio global. Así, técnicas médicas como la acupuntura o estrategias para la guerra como el Tai Chi, se adaptan al modus vivendi Europeo en forma de terapia física o medicinal.

El último de los hallazgos vuelve a mirar hacia tradiciones atávicas, hacia una gimnasia preventiva y curativa que trasmitida durante siglos y siglos en el ámbito doméstico proporciona equilibrio corporal y espiritual a sus habituales. La técnica del Qi Gong (Chi-kung) se fundamenta en el control del movimiento, la respiración y el pensamiento a través de ejercicios que permiten sentir la energía propia de cada individuo ayudando a nutrirla y dirigirla en beneficio propio.

Estableciéndose en la actualidad en nuestro país a través de entidades como el Instituto Internacional de Qi Gong, la celebrada gimnasia ofrece métodos para un gran número de dolencias en la amplia totalidad de las edades y estilos de vida, desde la depresión a los trastornos inmunológicos.

«Por su particular utilización del movimiento y la respiración para que no existan esfuerzos musculares ni aceleración cardíaca ni pulmonar, el Qi Gong es una terapia recomendada para niños, adolescentes y deportistas, adultos sedentarios y personas mayores o enfermas», explica Jean-Luc Riehm, coordinador del Instituto Internacional de Qi Gong (IIQG) en España y profesor de la disciplina en distintos centros de la provincia.

Traducida del chino como gimnasia de la energía o disciplina de la energía, el Qi Gong se organiza a través de movimientos a cámara lenta, así como de posturas estáticas y sentadas como ejercicio de concentración y visualización.

Su eficacia, de la que la sociedad china disfrutó sin interrupciones durante todas sus dinastías hasta la llegada de la Revolución Cultural, se ha enriquecido durante siglos con experiencias empíricas perfeccionándose hasta la actualidad.

Así, la técnica que había servido para alargar la vida de los monarcas del vasto país, se fue convirtiendo en saber popular penetrando en todos los estratos sociales y envistiéndose cada vez más de base científica.

Los cinco elementos

«El Qi Gong mantiene la máxima de que más vale prevenir que curar. Es una práctica de salud que conecta al hombre con el cielo y la tierra, moviendo ambas energías cósmicas», añade Riehm que asegura que «cuando se practica esta técnica se ponen en marcha los cinco grupos de órganos que en la medicina tradicional china se corresponden con los cinco elementos fundamentales: la madera (hígado y vesícula biliar), el fuego (corazón e intestino delgado), la tierra (bazo y estómago), el metal (pulmón e intestino grueso) y el agua (riñón y vejiga) haciendo que la energía sea más fluida y evitando los bloqueos, origen de los trastornos y enfermedades».

Gracia comenzó con las clases de Qi Gong en Medina Sidonia hace algo más de un mes y, a pesar de que sabe que todavía tiene mucho que aprender y experimentar, se manifiesta «encantada» con la iniciativa. «La experiencia es fabulosa , muy novedosa y creativa... yo diría que hasta mágica porque durante las clases se crea un ambiente espiritual muy fuerte», explica.

«Uno sale de los ejercicios con la sensación de haberse quitado un peso de encima, como si durante ese tiempo te arrancaran todo lo malo que llevas acumulado», explica otra alumna.

Con cursos en Cádiz, Chiclana, Jerez, Vejer y Medina, el Qi Gong ha aterrizado fuerte en la provincia donde parece encontrar adeptos entre un gran número de personas de todas las edades.

Relajación y masajes

«Una de las cosas más fascinantes de esta gimnasia es que con sencillos movimientos llegas a ejercitar todos los músculos. Por ejemplo, cuando empezamos con las clases, uno de los primeros pasos fue el automasaje de la cara, Jean Luc nos dijo que era muy beneficioso para cuidar ciertos órganos internos», comenta Gracia que se declara absolutamente segura de querer continuar con sus clases más allá del curso previsto.

Cada vez con más centros en España, el Qi Gong prospera gracias al boca a boca entre los primeros descubridores de los beneficios de su experiencia cósmica. En localidades como Cádiz, Jerez, Chiclana, Vejer o Medina ya existen cursos especializados en canalizar la energía vital. Ese yin y yang que atesoramos al nacer y que debemos economizar con mimo durante nuestra existencia. Una fuerza a menudo extraviada a causa del estrés, la mala alimentación, las enfermedades crónicas o los excesos para cuyo rescate llega ahora una gimnasia de ancestros milenarios, el Qi Gong.