Más allá del límite
Actualizado: GuardarConfieso no pertenecer a ningún partido político y reconozco que mi capacidad de análisis es limitada; en cambio, tengo la suerte de estar informado a través de la prensa sobre todo lo que viene aconteciendo en el Congreso de los Diputados. Estoy convencido de que cuando los ciudadanos lean más periódicos y se interesen por la situación económico-social de este país podrán pensar por sí mismos y que reforzarán su opinión sobre aquellos diputados y cargos públicos que utilizan una estrategia irracional basada en mentiras con el único objetivo de manipular a la opinión pública. Cabe recordar que en una sociedad moderna, con un estado de derecho, democrático y social, el diálogo, la tolerancia, el respeto, el cumplimiento de estas reglas de juego no está reñido con defender con firmeza sus convicciones políticas. Ante estas afirmaciones, es obvio decir que el ilustrado señor Rajoy, como consecuencia de su frustración política en relación a la historia reciente, utiliza maniobras como la de practicar la política del calamar con el único propósito de esconder su mala gestión al frente del Ministerio del Interior del Gobierno del señor Aznar. Dudo, por lo tanto, que éste demócrata se sienta cómodo en una buena convivencia entre los españoles.
En mi opinión, el Parlamento, como organismo vivo, debe sentir como instrumento de honestidad, transparencia, y, sobre todo, de respeto, que en términos generales brillan por su ausencia. Un claro ejemplo es la actitud del señor Rajoy y de sus más radicales asesores. No hay más que recurrir a hemerotecas para darse cuenta de que desde que su partido perdió las elecciones al Parlamento, están creando un clima de crispación, donde tiene cabida el desprestigio constante hacia el nuevo Gobierno elegido democráticamente, siendo la arrogancia y la intolerancia protagonistas en todos sus debates.
Señor Rajoy, como máximo responsable del PP, le pido como ciudadano, con todos mis respetos, que desde la tranquilidad, el sosiego y el equilibrio, piensen en buscar soluciones en aras de mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos, háblese del paro, de la sanidad, de la enseñanza, de la cultura, etc..., pero no desde la ofensa, sino desde la crítica constructiva, para aunar y buscar fórmulas que solucionen problemas y evitar tantos mensajes catastrofistas, que sólo sirven para provocar la abstención que favorecería a su partido y erosionar la convivencia y reconciliación de los ciudadanos.
Creo que el tiempo dirá si la actitud y la falta de respeto instaladas en el Parlamento obedece a una estrategia con el único objetivo de esconder responsabilidades políticas de errores cometidos en el anterior gobierno, así como de los razonamientos inexactos que está utilizando actualmente el señor Rajoy.
Por último, quiero expresar mi deseo de que entre todos recuperemos el sosiego, la tranquilidad y el sentido común.
José Mª Arauz Vélez. Cádiz