Cultura

La cara amable de María Antonieta

Catalina de Habsburgo presentó ayer en Jerez una biografía sobre la esposa de Luis XVI donde niega la fama de frívola de su antepasada

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La tacharon de frívola, de libertina, de despilfarradora e incestuosa. La vida de María Antonieta (1755-1793), la reina que unió sus destinos a los de Luis XVI (los dos morirían guillotinados en la Revolución Francesa) fue el de una marioneta en manos de un entorno que no tuvo piedad con ella. Esa piedad -la que no quisieron o no supieron darle sus coetáneos- es la que le ha concedido una de sus descendientes, Catalina de Habsburgo, en su biografía María Antonieta (La Esfera de los Libros) que ayer presentó en Jerez, en la Bodega San Ginés de la Jara.

«Tardó varios años en consumar el matrimonio, lo que le produjo una amargura que intentó disipar con una vida entrega a las fiestas y a su cuidado personal», afirmó la autora, quien ha querido restituir la imagen de su antepasada «sin ocultar sus muchos defectos».

María Antonieta nació el mismo año del terremoto que asoló la ciudad de Lisboa. Educada en un ambiente estricto, con una madre, María Teresa de Habsburgo, que «la manipuló buscando su propio beneficio y bienestar», la futura reina de Francia se casó por poderes a los 15 años. Su marido, Luis XVI, se coronaría rey en 1775, cuando su mujer tenía 20 años.

La autora desmiente una frase atribuida a María Antonieta y, que de ser cierta, demostraría su cortedad y su escasa sensibilidad. En un momento en que el pueblo francés se estaba muriendo materialmente de hambre, dicen que dijo: «Si no hay pan que les den croissant». «Es rotundamente falso», aseguró Catalina de Habsburgo. «Tenía muchos enemigos, dentro y fuera de la corte, y ese tipo de frases y rumores se han utilizado, desde que el mundo es mundo, para desprestigiar a las personas; ésta en concreto se in-ventó para agitar y envenenar a las masas». A su juicio, la reina era «demasiado ingenua; no veía la maldad aunque la tuviera de-lante de sus ojos».

Madre y reina

Con el nacimiento de su primera hija, María Teresa, la reina se transformó. «Al igual que le ocurrió a la Princesa de Asturias, la maternidad le proporcionó seguridad en sí misma y tranquilidad de ánimo». Fue un momento decisivo en su vida, pues «comprendió la responsabilidad que comporta ceñir una corona». A partir de entonces «supo vivir y morir con una enorme dignidad».

María Antonieta nunca estuvo al lado de los revolucionarios. Su biógrafa comprende muchos de los motivos que indignaron al pueblo, pero rechaza los «métodos y medios» que emplearon. «Se podía haber llegado al mismo fin sin tanto derramamiento de sangre».

Catalina de Habsburgo, quien se declara «muy monárquica», ha tenido acceso a los archivos familiares de Viena y París. En ellos encontró algunos episodios que, si no cambiarán el rumbo de la historia, sí salpican de viveza su relato.

Película sobre su vida

Respecto a la película que Sofía Coppola ha rodado en Versalles sobre la vida de la reina dijo que no tenía muchos datos. «Creo que no la pone bien», sonrió sin ganas. «Por mucho que se empeñen, no fue ni frívola ni libertina».

Nieta del emperador Carlos I de Austria y de la princesa Zita de Borbón-Parma, es Licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad de Lovaina y autora del ensayo Los Austrias. Matrimonio y razón de Estado en la monarquía española. Vive cerca de Milán con su marido, el conde Massimiliano Seco, y sus dos hijos