«Para estas tiendas el tabaco sólo es un servicio más»

-¿Desde cuándo existe su tienda?

-Desde hace muchísimos años. El negocio lo abrió mi abuelo y después pasó a mi padre pero cuando él se jubiló mis hermanos y yo nos hicimos cargo de él. Desde entonces ha cambiado muy poco, sigue estando en el mismo sitio igual que siempre, en la calle Ruiz de Alda, y sólo ha evolucionado un poco la imagen del negocio.

-¿Considera que las grandes superficies son una dura competencia?

-No es eso porque todo el mundo tiene que comer. Lo malo es estar sólo porque hace veinte años la tienda ya estaba aquí pero no existían ninguno de los bloques de edificios que hay ahora alrededor así había mucha menos clientela. De todas formas, en una tienda de barrio el trato siempre es más humano.

-¿Cómo llevan la prohibición de vender cigarrillos que recoge la nueva Ley Antitabaco?

-Pues parece ser que ahora nos van a permitir vender tabaco con una máquina expendedora, pero nosotros vamos a pensar ponerla porque al fin y al cabo es un servicio más que se ofrece al cliente y nosotros no hemos tenido grandes pérdidas porque la gente viene ante todo a comprar comida y cosas para el hogar.