Gehry toma el desierto
Actualizado: GuardarGehry -el arquitecto con una leyenda cimentada en parte gracias al escultural Guggenheim de Bilbao- se resiste a perder su fuerza creativa. A sus 76 años y necesitado de bastón, sigue viajando, opinando, construyendo y retando la estética convencional. El último ejemplo es el proyecto que acaba de presentar en Las Vegas, uno de sus edificios más reblandecidos, para albergar un centro médico especializado en el tratamiento e investigación del devastador mal de Alzheimer.
El Instituto Lou Ruvo, con un presupuesto de cien millones de dólares y un comienzo de obras previsto para el verano, no va a desentonar en el entretenido desierto de Las Vegas. La flamante propuesta arquitectónica de Frank Gehry contendrá en una superficie construida de más de 5.000 metros cuadrados trece salas de consulta, oficinas, un sa-lón de banquetes-actos, un museo dedicado a la mente y una cafetería del afamado chef austriaco-californiano Wolfgang Puck. Toda esta in-fraestructura, coronada por las ya arquetípicas curvas y ondulaciones de Gehry, ha dado pie a comparaciones con una especie de neurológico parque temático.
Según las explicaciones facilitadas por el propio arquitecto, el centro médico estará albergado dentro de cubos lineales anexos al salón de banquetes, que se cubrirá con una serie de espectaculares curvas de metal muy ondulado, con celosía de ventanas. Gehry ha puntualizado con vehemencia que tanto las ventanas como las superficies metálicas recibirán un tratamiento especial para acomodar el implacable sol de Las Vegas. Advertencia que se explica por la mala experiencia del arquitecto con los deslumbrantes brillos del Disney Hall en Los Ángeles, problema por el que las autoridades locales obligaron a lijar las superficies más refractarias.
El ambicioso y contorsionado proyecto de Las Vegas, financiado por una fundación benéfica creada por un magnate de la distribución de vino cuyo padre murió de Alzheimer, aspira a ser inaugurada en el 2008. Por su carácter benefico, la ciudad ha cedido los terrenos como parte de sus esfuerzos de desarrollo urbanístico en la céntrica zona de Union Park. El epicentro de los intentos de esta pecadora ciudad para establecer ciertas credenciales de respetabilidad cultural. Siguiendo la pauta de Bilbao, el alcalde Oscar Goodman ha declarado su visionara certeza de que la «gente vendrá solo para ver este fenómeno arquitectónico». De hecho, los patrocinadores de este proyecto no ocultan el atractivo adicional de que será el primer edificio público de Las Vegas -donde no faltan ingentes obras de arquitectura para casinos y hoteles- que no contendrá ni una sola máquina tragaperras.