Champán y mujeres

El anuncio del presidente del Gobierno del «principio del fin de ETA» ha coincidido con la explosión de un bombazo. No hubo que lamentar más que el aumento de los decibelios, ya que el local siniestrado era una discoteca. Lo peor es que atenúa nuestro optimismo, que, la verdad, ya era bastante tenue. No sé quién dijo eso de que los pesimistas forjan el hierro mientras está caliente y los optimistas confían en que no se enfríe, pero probablemente era un trabajador del metal.

Nadie sabe cómo van las gestiones para conseguir la paz, ya que niegan que haya gestiones. El caso es que don Gregorio Peces-Barba abandona su puesto y ahora hay que buscar un alto comisionado que dé la talla. No debemos olvidar que el problema de las víctimas del terrorismo lo han causado los verdugos. Sin su actuación previa no se daría el descontento que ha originado el modo de tratarlo. Sin duda es dificultoso y por eso nos hemos desviado a otros. El Congreso, con el voto de todos los partidos, estudiará si es posible regular la prostitución y el Consejo Regulador del Cava estudiará la posibilidad de acabar con el boicot de muchos consumidores. Champán y mujeres.

No sé si será cierto eso, tan aceptado, de que la prostitución es el oficio más viejo del mundo. Quizá fueran anteriores los proxenetas. Salvo casos de vocación irrefrenable, las mujeres que se dedican a eso han sido empujadas por la necesidad. Es la manera de esclavitud que necesita más amos y se ha intentado regularla siempre, pero el asunto no tiene enmienda. La regularización no se ha resuelto ni medio regular.

Más fácil veo yo buscarle una solución al boicot contra el cava catalán, que ha hecho descender la venta en cerca de un 7 por ciento. No supera al del país de origen, pero se elabora en el que todavía es nuestro país. Y está muy bueno.