Contraportada

2,4 millones en emoción

Una imagen del pionero Edward Steinchen alcanza en subasta el precio más caro de toda la historia para una foto

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Hablar de clásicos en un arte tan nuevo como la fotografía ya no es una novedad, y sospechar que el fotográfo no llega a la categoría de artista, porque agarra una máquina en vez de un pincel, se ha vuelto una idea falsa y de mal gusto.

Lo prueba otra vez la última subasta que se celebró en Sotheby's de Nueva York, el pasado martes, en la que se vendió una fotografía del histórico Edward Steinchen por algo más de 2,4 millones de euros. Una pasta. El sueldo anual de un crack medio del fútbol. Y el récord de todos los tiempos para una foto, titulada The Pond-Moonlight y tomada en 1904, que además sólo mide 40 por 49 centímetros. Pero que plasma a la perfección las emociones sensoriales buscadas por Steinchen. Muchos picassos se han vendido por menos.

La verdad es que el fotógrafo hizo de todo y abrió caminos en tiempos llenos de maleza para su arte. Lu-xemburgués, nacido en el siglo XIX, comenzó a los 16 años como fotógrafo y a los 21 se fue a estudiar pintura a París.

Con su colega norteamericano Alfred Stieglitz abrió en Nueva York, en 1905, una galería en la que expusieron genios inmortales como Matisse, Cézanne, Rodin y, cómo no, el propio Picasso.

Steinchen regresó a París y luego a Nueva York como jefe de fotografía de las revistas Vanity Fair y Vogue, en las que retrató para la portada a los famosos de la época, gente como Greta Garbo y Charles Chaplin. Pero no se quedó atrapado en la comodidad de la vida lujosa y cubrió la Segunda Guerra Mundial. Después pasó a ser el director del departamento de Fotografía de MoMA (Museo de Arte Moderno) de Nueva York.

Falleció en 1973 y resulta imposible saber si la cifra de 2,4 millones de euros le hubiera emocionado, aunque sí se conoce que para él las emociones eran lo primero, sobre todo, en fotografía. La que se vendió en Sotheby's la sacó en un lago cercano a Nueva York, cuando la luz del atardecer se filtraba través de los árboles del bosque. Pura sensiblidad, que vale millones.