La recuperación del 'ora et labora'
Los ocho arquitectos seleccionados para la rehabilitación del convento de Santa María visitan el inmueble para después hacer sus propuestas
Actualizado: GuardarRecordad tan sólo una cosa, éste es un monasterio contemplativo». Ésta sería la única premisa de la abadesa del convento de Santa María hecha a los ocho arquitectos seleccionados para la rehabilitación del templo, quienes visitaron ayer el edificio para conocer de primera mano el estado actual de este monumento y conocer de primera mano de los mecenas qué es lo que se pretende con la actuación, ya que «una buena arquitectura tiene que tener unos promotores sensibles -en este caso, el Obispado y la Junta- como pasó en el Renacimiento», aseguró el decano del Colegio de Arquitectos, Julio Malo.
Un encuentro que ofreció ayer a estos profesionales la oportunidad de estudiar el objeto de intervención para favorecer así un intercambio de opiniones entre los ocho arquitectos seleccionados, mejor dicho cinco porque a la cita no pudieron acudir Mariano Bayón, Manuel de las Casas y Guillermo Vázquez Consuegra, y los promotores para la garantía de propuestas adecuadas a esta rehabilitación, que pretende recuperar uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, no sólo por su valor urbano y arquitectónico, al ser generador de la trama residencial del arrabal de Santa María, una de las zonas más antiguas de la ciudad, sino también por su valor histórico, social y cultural.
Dicotomías
La actuación contempla la transformación integral del convento sumada a la construcción de 24 viviendas, de ahí que se planteen dos dicotomías: «la creación de un nuevo monasterio» y «la integración de viviendas viviendo a intra y extramuros», en palabras del secretario diocesano para el Patrimonio Histórico-Artístico, José Carlos García Solano, quien pidió a los participantes que tuvieran presente que «es un elemento configurador de la vida espiritual».
Ahora se abre un plazo de tres meses para presentar las propuestas para la rehabilitación del convento. Sin embargo, el único gaditano seleccionado, Francisco Reina, no lo ve muy claro, ya que «el nivel está muy alto y hace que uno se acompleje» debido a que la intervención exige «una actitud más precavida» al combinar la nueva planta con la rehabilitación.