Credenciales para todos los gustos y colores permiten la entrada al teatro
Actualizado: GuardarLas distintas necesidades de los trabajadores del Falla obligan a la existencia de varios tipos de pases para acceder al teatro y moverse dentro de él. Así, el personal de la empresa Global Control, que controla la entrada y las distintas zonas del teatro, debe lidiar con ocho tipos distintos de credenciales, cada una con unos privilegios diferentes. Por ello, los porteros no pierden de vista su chuleta, en la que se especifica claramente lo que permite cada credencial a su portador. Entre esta chuleta y la que les informa de los rostros de los concejales, los controladores sólo echan en falta una de ternera con papas para hacer más llevaderas las noches.
Los autores tienen permitido entrar al teatro únicamente por la puerta lateral izquierda, no pudiendo pasar a los camerinos, a menos que su agrupación esté preparándose para actuar. Este es el privilegio que poseen quienes presenten una agrupación al concurso, por pésima que sea, algo que sería digno de revisión para evitar lamentables espectáculos.
Las ninfas, poseen un pase rosa que les permite entrar por la puerta principal y ubicarse en su palco. Los miembros de la organización y del Patronato tienen asignado los pases marrones, disponiendo de libre acceso a todas las zonas del recinto. Otra acreditación que permite el acceso libre es la azul, de los miembros de la Junta Ejecutiva.
Las credenciales más cadistas son las amarillas de los empleados de servicio, con libre acceso.
Los miembros del jurado también tienen libre acceso a todas las zonas, aunque sólo suelen dejarse ver en su palco, para evitar suspicacias. Por ejemplo, ¿se imaginan ustedes a Bustelo visitando el camerino de una chirigota? El fantasma de los maletines abandonaría los estadios y se instalaría en el Falla, pero eso no ocurre, por lo que ningún damnificado por los fallos del jurado podrá entrar en ese tipo de polémicas inexistentes.
Los poseedores del antifaz de oro son otras de las personas que pueden entrar y moverse libremente por el teatro, eso sí, teniendo además un palco asignado. Tener el Balón de oro no vale pa colarse, así que Ronaldinho va a tener que pagar si quiere ver alguna sesión.
Las acreditaciones de prensa también permiten el acceso libre al teatro. Además, incluyen una fotografía, para hacerlas personales e intransferibles (dejad de pedirmela ya, hombre).