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Los terroristas asesinan a 11 miembros de una familia de agricultores en Irak

Un sinfín de atentados contra fuerzas de Seguridad y políticos asolan el país Ataques contra convoyes militares matan a varios civiles en Bagdad

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Un grupo de hombres armados asesinó ayer a 11 miembros de un misma familia de agricultores en una aldea del sur de la ciudad rebelde de Balad, a unos 70 kilómetros de la capital, según informaron desde la Oficina de Cooperación iraquí-estadounidense de la provincia de Salahedin. No dieron a conocer detalles sobre el motivo de la matanza. «Los pistoleros entraron en un huerto del jeque Hasan al Sarhan, líder del clan Al Hayalin, abrieron fuego y mató a él y a diez de sus hijos y sobrinos», añadieron fuentes policiales y médicas. El balance de víctimas se completó con otros dos labradores hospitalizados con heridas de diversa consideración.

Esta masacre fue la punta del iceberg de la enésima jornada sangrienta que vive la población iraquí. El recuento real de fallecidos es siempre imposible porque las informaciones sobre atentados y ataques se prologan a lo largo de todas las horas del día. Ayer, el Ejército estadounidense dio a conocer que un comandante iraquí y su hijo murieron en la región de Taji, a unos 40 kilómetros al norte de Bagdad. Además, en el bando castrense, en Tikrit un joven de 26 años que trabajaba como abastecedor para las tropas fue asesinado por hombres armados.

Todos los uniformados son objetivo. Así, en Baquba, un policía murió y otros cinco resultaron heridos durante un ataque perpetrado al mediodía contra su puesto de control al sur de la ciudad. Asimismo, en la región de Dura, en la entrada sur de Bagdad, dos miembros de los comandos del Ministerio del Interior fueron heridos por dos bombas dirigidas contra su patrulla. Cerca de allí un coche bomba explotó a media tarde en el barrio de Karrada. Causó heridas a una persona.

En Baiji, un comandante de policía de la provincia de Salahedín resultó gravemente herido después de que hombres armados tiroteasen su vehículo.

Víctimas civiles

Para los políticos tampoco hay tregua. El director de la inspección de bancos del Ministerio de Finanzas para Mosul fue asesinado por un grupo de desconocidos en el centro de la ciudad. Además, otros cinco civiles sufrieron lesiones por la deflagración de una bomba al paso de una patrulla de policía cerca de la Universidad de Tecnología, en la zona este de Bagdad. Por último, el Ministerio de Defensa informó de que se encontraron cuatro cadáveres en diferentes sectores de la capital iraquí.

Pero el bando rebelde también tuvo pérdidas. Un miliciano chií murió y otros seis fueron detenidos en varias redadas lanzadas por las tropas estadounidenses e iraquíes en la ciudad santa de Nayaf. Todos eran miembros del Ejército del Mahdi, encabezado por el clérigo radical Moqtada al Sadr. «Esas operaciones suponen una violación al acuerdo suscrito el año pasado con el Gobierno, que prohíbe los asaltos a las sedes de la milicia o el arresto de sus seguidores», recordó Salah al Abidy, uno de los portavoces de Al Sadr.