Ser crítico es bueno
Actualizado:El sábado al término del partido ante el Sevilla hubo aficionados para todos los gustos. Algunos optaron por marcharse en silencio y cabizbajos tras la goleada sufrida. Otros incluso tomaron las de Villadiego incluso antes de acabar el choque entre amarillos y rojos. Hubo quienes se dedicaron a animar más fuerte que nunca si cabe pese a la humillante derrota. Y también los hubo que mostraron su disconformidad ante lo visto en el verde y maltrecho al mismo tiempo césped. A estos últimos, a los que critican, se les suele tachar a menudo de anticadistas y nada más lejos de la realidad. No se es menos cadistas por ser más crítico, incluso si me apuran sería todo lo contrario. Esta muy bien eso de ser la envidia de toda la España futbolera por el buen ambiente y por ser la hinchada que más anima. Pero no podemos quedarnos en eso. Hay que ser críticos y exigentes en todos los órdenes de la vida, porque así es como se mejora. Esto de acuerdo con los que dicen que mientras dure el partido hay que animar y una vez que acabe el mismo reaccionar de la forma que cada uno considere más oportuna.
Los equipos que poseen unas aficiones más exigentes y críticas son los que tienen más títulos en sus palmares. Esta claro que también tienen más medios económicos para poder conseguir esas altas cotas deportivas, pero clubes poderosos con aficiones poco exigentes tienen menos títulos, eso es de cajón. No quiero decir con esto que yo quiera ahora que el Cádiz sea campeón de Liga, tampoco es eso. Ni tampoco digo que haya que silbar al equipo a las primeras de cambio. Lo único que quiero es que cada uno muestre su disconformidad ante un mal resultado como mejor vea, ya sea cantando, aplaudiendo o criticando de forma constructiva. También quiero que la afición de mi equipo sea animosa, divertida, pacifica, envidiada por toda España, en perfecta comunión con el equipo y crítica. Ambas cosas son compatibles, cadista de pro y exigente y crítico al mismo tiempo. Que no nos de igual ocho que ochenta, que no nos de igual el resultado porque hemos venido a emborracharnos, eso no. Y punto.