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CARNAVAL EN PUNTO RADIO

Aquí no pasa ná, esto es un cachondeo

JOSÉ ANTONIO RIVAS
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Tras 13 días de coplas, alcanzamos más o menos el ecuador del concurso; con alegría por estar escuchando mucho Carnaval a diario, y con pena porque cada vez queda menos para la final. Aunque eso si, como para algunos (entre los que me incluyo) el Carnaval dura todo el año, pues tampoco me lo tomo muy mal. Desde luego, esta fase preliminar ha dado bastante de sí, muchas anécdotas.

Primero fue el ya famoso apagón, que nos dejó incomunicados durante un buen rato. Gran mérito el que tuvieron los componentes de la chirigota Desde lo más profundo de tu garganta, a los que les tocó sufrir el corte de luz durante su popurrí. Ellos siguieron cantando a oscuras (más de uno se preguntaría si es que se tenían que cambiar de disfraz y él no se había enterado), aguantando el tirón. Alguna mente malévola pensará que si la empresa encargada del suministro eléctrico se llamara Gaditana esas cosas no pasarían.

Luego nos encontramos con uno de los episodios más tristes y polémicos de los últimos años: la primera vez (o por lo menos la primera que los más antiguos del lugar recuerdan) que a una agrupación se le echa el telón por excederse en el número de componentes. ¿Censura? ¿Legislación? Vayamos por partes. El jurado, muy bien, en la línea que deben seguir, son los encargados de que las normas del concurso se cumplan, no les quedaba otra. Las leyes, bueno podemos discutir si son adecuadas o no, pero lo cierto es que ahí están, y están para cumplirlas. Desde la aparición de Lo coja por donde lo coja, se estableció esta norma, para evitar la picaresca de algunos. Y sí, que la norma no es nada sin su interpretación, pero en este caso no cabe interpretación posible. La comparsa, mal, rematadamente mal. Lo fácil y lo políticamente correcto es ponerse a defender que los dieciséis chavales estaban muy unidos y no era posible dejar a uno fuera, que los hubieran dejado cantar. Pero, ¿a que nadie se alarmaría si a un equipo de Preferente le dan el partido por perdido por salir a jugar con doce? Hay muchas fórmulas para que nadie se quede fuera, por ejemplo, que se turnen para cantar cada pieza del repertorio. Me da pena, porque pude ver las caras de los comparsistas y captar sus sensaciones, pero amigos, hay que leerse el reglamento, y una vez leído, acatarlo o no venir. El año que viene, seguro que vuelven con ilusiones renovadas. Si queremos un concurso serio, hay que respetar las normas.

Punto y aparte merece la masiva afluencia de público que tenemos cada día en el tornavoz de Punto Radio Cádiz. Si existiera un premio al palco más visitado, nos llevaríamos la palma seguro. No doy nombres para que no se me olvide ninguno, pero gracias a todos y a todas por pasar esos momentos con nosotros. Gracias también a la gente con la que comparto retrasmisión cada noche; además de aprender de carnaval y profesionalmente, se pasan unos ratitos «mu güenos» y se mejora como persona, que es más importante. Dicen que la primera vez de cualquier cosa no se olvida. Yo seguro que no lo hago.

Por último, creo preciso mencionar en estas líneas a algunas agrupaciones que tienen cosas diferentes a las demás. Por ejemplo, me encantó la comparsa Aire fresco, que facilitó mucho las cosas al personal a la hora de idear un disfraz para este o para sucesivos carnavales: de serpentina gigante, que bonita fantasía, que alegría cantarle a Cai. Por supuesto no queda en el olvido la chirigota Lost in Cádiz, perdidos en la tacita, más conocidos mundialmente como las galletas, que también se presentaban con un tipo innovador. Pero más allá de eso, quedará la reivindicación de una galletada popular en Cádiz, que ya está siendo secundada por más de uno. Dice mi compañero Manolo Camacho que prefiere la fase preliminar del concurso porque se ven cosas nuevas, que luego no se vuelven a ver. La verdad es que yo he disfrutado mucho, a ver que nos traen las semifinales. Enhorabuena a los que están, y que se pase el cabreo pronto a los que no. Aquí no pasa ná, esto es un cachondeo.