La Plaza de Abastos
Actualizado:Siguiendo una costumbre muy gaditana, soy asiduo visitante casi a diario a la Plaza de Abastos, y cada vez se encuentra en peores condiciones. Es lamentable ver la cantidad de puestos cerrados, cuando en otro época el llegar a tener un puesto era poco menos que imposible, pero por lo visto y debido siempre a la enorme pelea de los políticos para ver a quién corresponde la remozación de este mercado, el que siempre paga el pato es el contribuyente.
Dentro de unos meses empezarán los movimientos para las campañas de las próximas municipales, entonces ya leeremos las promesas de unos y otros, donde ya nos prometerán lo de siempre que al final, nada de nada.
Sé que hoy, debido afortunadamente a que los matrimonios o parejas trabajan los dos, les es más difícil acudir a la compra al mercado, y por ello han de hacer las compras bien en las grandes superficies o en las tiendas pequeñas de su zona que tengan un horario más asequible para ellos.
Al público le sigue gustando ir a la Plaza de Abastos, la prueba de ello es que los viernes y sábados se ve una mayor afluencia de personas y, sobre todo, de gente más joven. Indiscutiblemente el comprar en el Mercado de Abastos a muchos les resulta más familiar, si eres cliente asiduo siempre sales más beneficiado, no es la frialdad de comprar en una gran superficie y muchos artículos salen más baratos.
Hoy en día en la Plaza, a pesar como antes decimos de la gran cantidad de puestos cerrados, todavía encuentras comerciantes dispuestos a atender con amabilidad, tanto en pescados, sector éste que parece que ha sufrido menos la crisis, como en carnicerías, verduras y frutas.
Recuerdo cómo era aquella Plaza de Abastos de hace cuarenta y tantos años. Esas carnicerías de los Melu, Escalante, Ambrosio, Ucero, Chano Vargas, Lara Cantoral,etc. Por aquel entonces se elaboraban por las tardes allí mismo, delante de los puestos, productos que llegaron a alcanzar una gran fama como eran las butifarras, morcillas, chorizos, chicharrones y no digamos nada de la célebre manteca colorá. Todas estas cosas se hacían por las tardes, por lo menos tres veces en semana. No quiero ni pensar el olor que dejaba sobre las siete de la tarde en aquella zona de la Plaza y cómo acudían los parroquianos a comprar su papelón de chicharrones para dar buena cuenta de ellos en el Cuco con su media botella de Chiclana.
Actualmente todavía hay algunos que siguen elaborando estos productos como José Ramón Lara, que sigue haciendo los embutidos, y Curro que, aparte de la buena carne que siempre tiene, hace los chicharrones y los vende calientes, y de verdad que los borda.
Espero que se recupere este centro comercial al que se le podría sacar un extraordinario provecho para Cádiz.