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ESPAÑA

Víctimas del terrorismo rechazan una negociación con ETA y avisan de que no son «moneda de cambio»

Advierten al Gobierno de que no admitirán «amnistías, indultos o excarcelaciones» de etarras El Príncipe garantiza que la sociedad española «no se doblegará» ante la barbarie terrorista

MELCHOR SÁIZ-PARDO/COLPISA. VALENCIA
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Las víctimas de ETA, reunidas en Valencia, dijeron ayer «no» a una posible negociación con la banda terrorista y advirtieron al Gobierno de que no admitirán «amnistías, indultos o excarcelaciones» de presos etarras. Dirigentes de las principales organizaciones de afectados directos por los actos de banda asesina como Francisco José Alcaraz, Irene Villa, Concepción Martín , Mikel Buesa, Javier Urquizu y Juan Domínguez coincidieron en exigir al Gobierno que no conceda «medidas de gracia» a los activistas porque eso sería «privar ilegítimamente a las víctimas de su derecho de poder perdonar».

La vicepresidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, también se refirió de forma velada a una hipotética negociación con la ETA y recordó que la memoria y la dignidad de las víctimas «no pueden ser ni moneda de cambio ni objeto de mercadeo». Con estas palabras, la hermana del jefe de policía de Andoain (Guipúzcoa) asesinado hace tres años por ETA ponía voz a la opinión de la mayoría de los afectados por la barbarie terrorista, que rechazan dar concesiones a la banda porque «no puede haber precio ni contraprestación» para conseguir el final de la violencia, más allá de «la ley».

Pagazaurtundua tomó ayer la palabra en la inauguración del III Congreso Internacional sobre Víctimas del Terrorismo en Valencia y, en un emotivo discurso en el que apenas pudo contener las lágrimas, enfatizó que los terroristas «deben ser derrotados» y advirtió a los centenares de víctimas presentes de que les aguardan «tiempos difíciles, confusos y llenos de incertidumbres» en los que «serán muchos los que intentarán desunirnos, enfrentarnos, confundirnos e, incluso, presentarnos como lo que no somos». Ante esta amenaza, Pagazaurtundua pidió a los presentes mantener «fría la cabeza para que nadie utilice nuestro nombre, ni nuestro dolor a su antojo».

Derecho al perdón

Posteriormente, la mesa redonda con las víctimas de ETA concitó unanimidad en contra de cesiones a la banda terrorista para lograr la paz. «Sólo los que hemos sido sus víctimas tenemos el derecho al perdón», explicó Buesa, presidente del Foro de Ermua, quien advirtió que las amnistías históricamente «se han hecho contra las víctimas del terrorismo» y no garantizan el fin de la violencia como ocurrió en España en 1977.

También Domínguez, presidente de la Federación Autonómica de Víctimas (FAAVT), rechazó de plano cualquier «concesión», pues ello sería «reconocer que los terroristas han logrado sus objetivos mediante la violencia». «Cualquier negociación con ETA ofenderá a las víctimas», señaló el líder de la organización federal, que insistió en que «queremos la paz, pero no se puede admitir una paz sin justicia», clamó Juan Domínguez.

Del mismo modo, Urquizu, portavoz del Colectivo de Víctimas del País Vasco (COVITE), afirmó que «si cedemos habremos perdido el partido» y comparó a ETA con «un psicópata que no es reinsertable» y que jamás ha «mostrado arrepentimiento». «El cumplimiento íntegro de las penas es un mínimo de justicia innegociable», reclamó.

Rotundo fue Alcaraz, presidente de la AVT: «Se está pisando e insultando la memoria de mi familia» cuando se habla de negociar con los terroristas. «No permitiré que la sangre de mi familia sea derramada en vano y que sus asesinos puedan obtener ningún beneficio», advirtió Alcaraz. El líder de la asociación también alertó de que la mayoritaria AVT no tolerará que «un Gobierno pueda comprar nuestro silencio con medallas y subvenciones» para sacar un rédito político del fin de ETA.

Irene Villa, delegada en Madrid de la AVT, explicó que sólo concibe dos formas de terminar con ETA: «la derrota policial y social del terrorismo y la rendición y esta segunda supone pagar el precio que pongan los asesinos». «Y encima lo llaman proceso de paz», lamentó.

Apoyo de Don Felipe

El congreso que comenzó ayer, y al que asistieron más de 300 personas que han sufrido directamente algún acto terrorista en España, Colombia, Estados Unidos o Irlanda, tuvo un anfitrión de lujo: el Príncipe de Asturias, que defendió que la «fortaleza de las convicciones democráticas» y los «instrumentos del Estado de Derecho» son las principales armas para acabar con el terrorismo, que «no doblegará» a la sociedad española.

Don Felipe, acompañado de Doña Leticia, inauguró el congreso, ante cuyos asistentes hizo un llamamiento para «desterrar definitivamente de nuestras sociedades el dolor de las víctimas», a las que pidió «firmeza» frente a «ese enemigo común y fanático» que se presenta ante la ciudadanía con «amenazas, extorsiones y atrocidades». De este modo, la violencia nunca «minará nuestra fortaleza moral ni quebrantará nuestra voluntad de terminar con el terrorismo».

Ante un auditorio abarrotado, Don Felipe rindió homenaje a las víctimas y a su sufrimiento por la libertad. «Vosotros y vuestros familiares sois quienes de manera más directa hacéis fuertes a nuestras sociedades frente a la barbarie terrorista. Vuestra dignidad en el dolor, vuestro sacrificado ejemplo y vuestro espíritu inquebrantable constituyen el espejo en el que todo hemos de mirarnos», enfatizó el heredero, que destacó la importancia de que, a pesar del sufrimiento, jamás las víctimas se hayan tomado la justicia por su mano.

Además de agradecimiento para los afectados por el terrorismo, el Príncipe también tuvo palabras de afecto para las víctimas. Don Felipe prometió a los damnificados de la violencia «que nunca estaréis solos, ni en vuestro dolor ni en vuestra esperanza». «Estamos y estaremos siempre a vuestro lado», garantizó.