Editorial

El rumbo de Hamas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La invitación cursada por el presidente ruso Vladímir Putin a Hamas para visitar Moscú que causó un inicial rechazo en el Cuarteto, ha obtenido posteriormente un respaldo expreso del Gobierno francés y, pese al malestar de la administración Bush y la profunda irritación de Israel, parece abrir un incierto camino para la evolución del partido que defiende el uso del terrorismo y la destrucción del Estado judío. El pasado viernes el Secretario de Defensa de los Estados Unidos expresó también de forma cautelosa una cierta expectativa ante la eventual evolución de los líderes de Hamas ahora que ocupan el Gobierno.

Esa aproximación se ha extendido y remite a una mezcla de deseo y pronóstico según la cual el islamismo político y enemigo jurado de Israel, que ganó holgadamente las elecciones del 25 de enero, está tanteando el terreno, se pliega a los condicionamientos conocidos y busca un camino a medias entre sus principios fundacionales técnicamente vigentes y la mera realidad.

En ese contexto, y mientras el movimiento se acomoda a la cooperación con el presidente palestino Mahmud Abbas, de Fatah, y mantiene conversaciones con el Gobierno egipcio el líder de Hamas, Ismail Hanía, ha propuesto como eventual primer ministro al menos radical Yamal al-Yudairi y, si los otros partidos del nuevo parlamento lo recusan, al actual ministro de Hacienda, Mazen Sonnoqrot.

Las dos opciones dan una pista sobre el rumbo islamista. Yudairi es un diputado independiente, aunque gozó del apoyo indirecto de Hamas en su jurisdicción y su condición de empresario asegura una aproximación práctica a los problemas y, de creer lo que patrocinó en la campaña, una prioridad para los de naturaleza social y económica. De Sonnoqrot basta decir que trabaja a plena satisfacción del presidente Abbas, tampoco tiene carné de Hamas y sucedió al respetado Salam Fayyad, el hombre del Banco Mundial en la administración saliente.

Moscú ha hecho saber que dará al movimiento buenos consejos, incluido, según una nota oficial, el de la necesidad de ir avanzando hacia el reconocimiento del derecho de Israel a la existencia jurídica y estatal. En ese orden se diría que la visita de los islamistas a Rusia podría ser positiva y reforzar la tendencia al sensato posibilismo y el asentamiento paulatino que parece informar, también por razones tácticas, la entrada de Hamas en el escenario institucional.