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'Mataviejitas', la venganza de una mujer resentida

La Policía mexicana detiene a la mayor asesina en serie del país después de que estrangulara a casi 50 ancianas

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Juana Barraza Samperio se convirtió en la peor asesina en serie de México por venganza contra su madre. «Me daba mucho coraje, lo hice por coraje», reconoció a la policía, que logró detenerla el 25 de enero por un golpe de suerte. La Fiscalía mexicana cree que es responsable del estrangulamiento de cerca de 50 ancianas.

Su complexión robusta, su altura y sus facciones duras despistaron a los testigos que hablaban de un hombre o un travesti. Barraza, de 48 años, promotora y ex competidora de lucha libre que se hacía llamar La dama del silencio, está considerada una fetichista. Al parecer, siempre vestía de rojo cuando iba a matar y aprovechaba la enorme fuerza de sus brazos para cometer los crímenes. Además, acostumbraba a robar alguna pertenencia de sus víctimas después de acabar con su vida.

La asesina se hacía pasar por enfermera o funcionaria que iba a ayudar a gestionar una pensión municipal para ganarse la confianza de las ancianas. En su último crimen, Barraza ahorcó a su víctima con un aparato para medir la tensión. Su peluquera todavía está asombrada. «Tenía el cabello chino y negro, pero yo le hice ese corte porque me dijo que debía cambiar de imagen para que no la reconocieran en la lucha libre», recuerda. De esta manera, logró crearse una identidad falsa entre sus vecinos e hizo creer a muchos de ellos que se dedicaba a lavar y vender ropa.

Infancia traumática

Barraza vivió una infancia traumática marcada por el alcoholismo de su madre. Nada más nacer, fue separada de su padre y hasta años después no se enteró de que, en realidad, convivía con su tutor. Al cumplir los 12 años su madre la regaló a un extraño que acabó de destrozar su vida. Este hombre la maltrató y abusó de ella sexualmente. Una vez superada la adolescencia, en la que perdió un hijo durante un robo, Barraza optó por dedicarse a la lucha libre. Pese a su corpulencia, la carrera de La dama del silencio no cuajó y tuvo que cambiar el traje y la máscara por la venta de palomitas a los espectadores.

La detención de la Mataviejitas, como ha sido bautizada Barraza, fue totalmente casual. Momentos después de que cometiera su último crimen, uno de los inquilinos de la vivienda descubrió el cuerpo y alertó a la Policía. La rápida reacción de las fuerzas de Seguridad obtuvo sus frutos y la asesina fue arrestada a escasos metros de la casa en la que había actuado.

Horas después de su detención, Barraza confesó a la policía que después de cometer los asesinatos se sentía tensa y preocupada y pensaba en «el arrepentimiento». Por eso, en tres ocasiones estuvo a punto de entregarse e incluso entró en las oficinas de la Procuraduría de Justicia. Nadie la reconoció y, al ser madre soltera, se marchó por miedo a que sus dos hijos se quedaran solos.

El rostro de la asesina se ha hecho tan conocido que Juana ha descubierto la identidad de su auténtico padre, que todavía se dedica a labrar el campo en Hidalgo. Trinidad Barraza, de 76 años, es el progenitor de otros siete hijos que ahora han descubierto a una nueva hermana. Al parecer, la madre huyó con Juana y otra de sus hijas, que pudo regresar a casa después de que fuera localizada por un organismo estatal. A Juana no pudieron encontrarla. «Quiero que sepa que nunca la abandoné», proclamó su padre tras su detención.