El éxito de los burro-taxis de Benaocaz extiende la iniciativa a Grazalema
Una empresaria de hostelería puso en marcha este transporte, ideado para conocer el casco histórico y que ha tenido una gran aceptación entre los turistas
Actualizado:Los paseos en burro son desde noviembre un nuevo reclamo para los visitantes de Benaocaz, municipio de alta montaña enclavado en el parque natural Sierra de Grazalema. De esta forma, la comarca de la Sierra de Cádiz recupera uno de sus medios de transporte tradicionales y lo pone a disposición de la nueva economía emergente, la del turismo.
La iniciativa ha partido de una empresaria de la hostelería de esta villa de poco más de 600 habitantes, Olivia Venegas Carrasco, nacida en Ubrique pero residente desde pequeña en Benaocaz. Venegas, propietaria de una cafetería, ha querido ampliar su negocio ofreciendo rutas en acémilas por el caso urbano -declarado Bien de Interés Cultural- y sus alrededores, hasta llegar al Calvario.
Estos burro-taxis son un servicio inédito en estos pagos. Lo aprobó el Ayuntamiento, que ha fijado la parada en la misma plaza del Consistorio, y la ha señalizado con una placa de cerámica y tres argollas en las que son amarrados estos animales mientras esperan a sus clientes. El proyecto, que en este pueblo funciona los fines de semana con tres borricos, está teniendo tanta aceptación que la promotora ha decidido ampliar su área de actuación y el próximo fin de semana iniciará la actividad en Grazalema, cuyo Ayuntamiento dio el pasado jueves su visto bueno a la iniciativa.
En este caso, la empresaria benaocaceña se ha asociado con una empresa ya implantada en dicho municipio, denominada Grazalema Ecuestre y dedicada a rutas a caballo para turistas.
En Grazalema el servicio dispondrá de nueve asnos y habrá dos itinerarios: uno por el casco urbano, también declarado Bien de Interés Cultural, y otro por la sierra, desde el camping hasta el puerto del Boyar, de 1.103 metros de altura sobre el nivel del mar. «Es una ruta que bordea la carretera y es muy bonita», asegura Olivia Venegas.
La experiencia en el sector de la hostelería le dice que «el turismo está en auge en la Sierra», y por eso apostó por esta alternativa de ocio, con la que muchos dicen en el pueblo que «flipan los guiris».
Los clientes que han empezado a utilizar este servicio en Benaocaz son muy variados, desde niños de más de seis años hasta personas mayores. Pero sobre todo los usuarios más frecuentes son los extranjeros que visitan el municipio, que conocen así este pueblo de montaña de una manera tradicional, especialmente, el trazado del hoy arruinado barrio nazarí, un vestigio de la antigüedad de esta población.
Según la promotora, los extranjeros disfrutan con estos paseos en un medio de transporte que se está perdiendo en casi todas partes.