«Al regresar a la calle donde nací, vuelvo a sentirme niño»
Guitarrista
Actualizado: GuardarSoy un afortunado porque he tenido la suerte de que con mi esfuerzo profesional he podido volver al lugar de donde partí». Y nunca mejor dicho, porque tras 35 años de exilio en Madrid plagado de éxitos profesionales, el guitarrista jerezano Paco Cepero no sólo regresó a su ciudad natal, sino que se compró una casa en la misma calle Encaramada que le vio nacer, en el corazón del Barrio de San Miguel.
Cepero se marchó muy pronto, con apenas 16 años, en búsqueda de fortuna. «No tuve más remedio que irme porque el trabajo estaba en Madrid», recuerda el guitarrista, que rememora con nostalgia la mescolanza de ilusión y tristeza que despierta el abandono del hogar en plena juventud.
«Me fui lleno de ilusiones pero mi vida y sobre todo mi infancia la dejé atrás», señala el artista, que recuerda con una sonrisa que «cada vez que me faltaba oxígeno en Madrid, tenía que irme a Valdelagrana». Y de tanta ida y venida, el nido se fue quedando vacío. «Mis dos hijos varones conocieron a otras dos chicas de El Puerto y allí se quedaron, y mi otra hija se casó y se mudó a Cádiz», narra Cepero. «Y yo me pregunté, ¿qué iba a hacer en Madrid si mi familia estaba aquí?», relata.
La respuesta fue obvia. Cepero abandonó el chalet del extrarradio madrileño donde vivía y regresó a su barrio, a su calle, con su gente. «Todavía me encuentro con algunos que estuvieron en mi bautizo o que jugaron conmigo de niño», narra el guitarrista, que encontró un San Miguel diferente y solitario.
«Pero desde hace unos cuatro años, está mejorando el barrio y rehabilitando casas porque antes parecía un desierto», señala el recientemente nombrado Hijo Predilecto de la Provincia. «Es algo muy gratificante que te reconozcan en tus raíces», recalca un artista que no se siente profeta en su tierra.
Medalla de Oro de Las Bellas Artes, el galardón Calle de Alcalá, o Premio Flamenco Hoy, por citar algunos de sus últimos reconocimientos, Paco Cepero se siente ilusionado como el primer día. «Me están dando todos los reconocimientos en vida, que es cuando hay que darlos», afirma el artista, que lanza una advertencia para navegantes. «Aún me quedan muchos cuestas que repechar».
Aquél que quiera hablar con Paco Cepero lo tiene fácil. Búsquenlo en su barrio, enzarzado en una tertulia en el Maypa, sentado con sus vecinos en la Peña Atlética, o componiendo en su casa, al abrigo de la torre de la Iglesia de San Miguel. / ALEJANDRO MARTÍN