Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizActualidad
ESPAÑA

ERC encara la negociación final del 'Estatut' convencida de que no votará a favor

Los socialistas catalanes abogan por mantener el tripartito cualquiera que sea la decisión que adopte en la ponencia el partido que lidera Carod Rovira

PAULA DE LAS HERAS/COLPISA. MADRID
Actualizado:

La negociación del Estatuto de Cataluña en la ponencia de la Comisión Constitucional del Congreso no logrará mover a ERC de sus posiciones. Los independentistas admiten que los caramelos que el PSOE guarda bajo la manga podrían hacer admisible una abstención en la votación final del texto a ojos de sus militantes; pero sostienen que no hay margen para el «sí». El partido tiene una discusión interna entre los pragmáticos, que abogan por no desestabilizar al tripartito, y los que defienden el análisis a largo plazo y no temen una pérdida inmediata de poder.

Éstos últimos, vencedores de la discusión, admiten que una oposición frontal al Estatuto pondría en una situación difícil al Ejecutivo autonómico, pero aseguran que la coalición de gobierno se mantendrá hasta el final de la legislatura. En esto cuentan con el apoyo de los propios socialistas catalanes.

Un colaborador del secretario general del PSC, Josep Montilla, argumenta que la situación de desequilibrio institucional no sería nada novedoso. «ERC ha sido más leal en Madrid con Rodríguez Zapatero que en Cataluña con el gobierno del que forma parte», apunta. Mientras en el Congreso el grupo parlamentario se ha mordido la lengua, en el Parlament ha llegado a interpelar a socialistas o a Iniciativa per Catalunya.

Los socialistas no han perdido la esperanza de convencer a los republicanos. A su juicio, tanto el presidente, Carod Rovira, como su secretario general y portavoz en el Congreso, Joan Puigcercós, están por el acuerdo.

Tradición asamblearia

El problema, según reconocen fuentes de la izquierda independentista, es que ERC es un partido de tradición asamblearia en el que la decisión de las bases pesa sobremanera. Y la última reunión de la ejecutiva republicana sirvió para saber que lo que de verdad preocupa a los suyos es que se actúe con «coherencia». Eso implica por el momento votar contra el Estatut, aunque sea con el PP.

Carod Rovira manifestó este viernes, tras la primera reunión de la ponencia, su gran «decepción» ante la decisión de las restantes fuerzas políticas de retirar del texto las menciones a la «nación» catalana. «Nos hemos pasado dos años defendiendo un nuevo modelo de financiación y en el último momento CiU ha dicho 'sí' a cambio de migajas; para este viaje no hacían falta esas alforjas», reprochan.

Los republicanos aseguran que su enfado no tiene nada que ver con un ataque de celos. Tanto ERC como los socialistas catalanes admiten que sabían que la foto de Artur Mas y el presidente del Gobierno se produciría. Pero echan en cara a CiU que no forzara más la máquina.

Fuentes socialistas implicadas en la negociación reconocen que «todo se precipitó en el momento final». «Con esto -insisten los republicanos- no podemos intentar persuadir a nadie». Ahora, los socialistas tratarán de tentarlos, según confiesan, con «ofertas sentimentales». Pero ERC reclama algo más. Su última esperanza es encontrar una fórmula para garantizar que las inversiones prometidas por el Ejecutivo se hagan efectivas. Además, pretenden arrancar el Gobierno la gestión de los aeropuertos.

Moderados

Puigcercós, exponente del ala moderada, reconoce que si de él dependiera bastaría con estos compromisos para cambiar de opinión. Pero también admite que resultaría imposible convencer a los suyos de que el Estatuto merece su apoyo. El dirigente republicano pretende al menos frenar los radicalismos.

«La derecha de casa y la izquierda española nos quisieran ver en estado de agitación permanente, con la pancarta a cuestas. En cambio, más de medio millón de catalanes nos han querido para que seamos decisivos y preparemos Cataluña para los retos que tenemos delante», argumentó este viernes.

Eso no quita para que comparta la visión predominante en el núcleo duro del partido: que no hay otra salida que el rechazo al Estatuto; máxime cuando tienen garantizado que saldrá adelante con los votos de PSOE, PSC, ICV y CiU, y que todo lo que se ha podido avanzar en él no caerá en saco roto. «Si decimos 'sí' -argumentan los más críticos- nos quedaríamos sin discurso para los próximos años; esto nos permite mantener la tensión y consolidarnos en Cataluña».