Chiclana

Una docena de puntos negros concentran la mayor parte de las retenciones de tráfico en el centro

Varias rotondas y avenidas comerciales del casco urbano concentran los principales problemas de atascos y movilidad en el interior de la localidad La circulación, sin embargo, se alivia en las carreteras de las zonas costeras

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En esta ocasión no se puede aplicar el dicho aquel de muerto el perro se acabó la rabia. Y es que Chiclana no sólo tiene problemas en materia de tráfico durante el verano, sino que también los padece y de qué forma durante los meses en que los turistas no hacen acto de aparición, debido en parte al movimiento conjunto por sus calles y avenidas de buena parte del importantísimo (en cuanto a número) parque móvil de vehículos a motor que tiene en la actualidad y que lleva varios años creciendo a razón de más de 2.500 nuevas unidades.

TRÁFICO

44.726 vehículos censados

Todos a la vez

Las causas de la habitual congestión de las carreteras interiores son bien sencillas; en estos momentos en Chiclana se mueven al unísono cualquier día entre semana buena parte de los casi 45.000 vehículos que existen oficialmente censados (probablemente serán ya algunos más porque los últimos datos oficiales del padrón son de marzo de 2005), entre los que figuran por supuesto coches y ciclomotores de chiclaneros que engrosan la nómina de vehículos a motor, y a los que hay que sumar los miles de vehículos que acceden cada día de poblaciones vecinas en cualquier momento del día.

Esta elevada cifra, unida a la particularidades de una ciudad radial y muy dispersa en la que la mayoría de ciudadanos usa su vehículo particular para realizar desplazamientos cortos, hace que la circulación quede rápidamente congestionada en calles que no están preparadas para recibir tal volumen de coches, claro está, sobre todo con una mayor incidencia en las horas punta a la entrada y salida de los puestos de trabajo y los colegios.

PUNTOS CONFLICTIVOS

Rotondas y avenidas comerciales

Ni con previsión

Lo único que salva a los conductores de quedar atrapados en cualquier atasco es un poco de previsión. Pero ni con ésta en la cartera en la mayoría de ocasiones atravesar de una punta a otra de la ciudad, acceder en vehículo al centro urbano o desplazarse por el casco histórico resulta sencillo. De hecho, avenidas comerciales como la de Urbisur o Reyes Católicos o rotondas que en teoría deberían canalizar en buena medida el tráfico de los principales viarios del municipio como las de La Soledad o El Retortillo son los puntos más conflictivos de la circulación rodada.

Estas dos últimas ubicaciones se erigen en epicentro de la movilidad interior de los vehículos junto a las Plaza de Andalucía y de España y el Puente Nuestra Señora de Los Remedios, que distribuye la circulación hacia todas direcciones desde el mismo corazón de Chiclana.

NUEVAS CARRETERAS

Control del flujo de coches

Barriadas

Así, y pese a los nuevos viarios abiertos para paliar el principal problema de tráfico del municipio, los coches que van o vienen de la costa en verano, Chiclana sigue padeciendo un auténtico caos de movilidad y circulación cualquier día de la semana durante todo el año. Avenida de la Música, Fuente Amarga, El Torno o Huerta del Rosario (con varios centros educativos y zonas comerciales) son ejemplos de que calles estrechas y angostas de una ciudad bodeguera y agrícola no pueden soportar el tráfico del siglo XXI y una invasión de coches y motocicletas propia de una ciudad con muchos más habitantes. Todo ello sin contar las enormes dificultades que tiene un conductor para llegar hasta las distintas bolsas de aparcamiento habilitadas en torno al centro histórico en El Carmen, La Longuera o la Plaza Mayor, que se incrementan si la búsqueda de sitio libre coincide por ejemplo con la celebración del mercadillo semanal los martes por la mañana y se intenta evitar calles como Iro o Carmen Picazo donde habrá que pagar por estacionar en Zona Azul.

AFORADORES

Un coche por cada tres habitantes

Cámaras de tráfico

Para paliar todo ello, desde el equipo de Gobierno se lleva trabajando buena parte de esta legislatura con todos los medios técnicos y humanos posibles para que el tráfico se convierta en racional y se consiga agilidad a la hora de realizar un desplazamiento por el interior del municipio. Una de las medidas más sonadas fue la instalación de una decena de cámaras de vigilancia del tráfico a tiempo real cuyas imágenes incluso pueden verse en internet, pero que de poco sirven ante tal cantidad de vehículos locales y foráneos. Otra de las medidas, amén de diversas recomendaciones en cartelería y panfletos o la semipeatonalización de algunas calles del casco histórico, han sido la colocación de aforadores en puntos muy específicos y determinados de la ciudad, como por ejemplo en calles en las que se reciben quejas vecinales por una fuerte intensidad del tráfico o en puntos en los que se plantea agrandar la vía. Sin ir más lejos el pasado verano se hacía un estudio para conocer la intensidad de vehículos que circulan entre la costa y el centro de ciudad (Molino Viejo, La Barrosa y Carabineros). La utilización de los aforadores se completa también con el uso del radar por parte de la Policía Local para conocer la velocidad a la que circulan los vehículos y que está demostrando que no sólo son muchos coches los que circulan por las grandes avenidas de dos carriles de la ciudad, sino que también van muy rápido; o la próxima campaña para potenciar la señalización que llevará a cabo la delegación de Tráfico en conjunción con el Gabinete Civil.

Aumentar la frecuencia del transporte público, mejorar la red de aparcamientos en torno al centro y potenciar la señalización técnica para dar mayor fluidez al tráfico en espera de proyectos que puedan resultar indispensables en la Chiclana del futuro como la Ronda Oeste (que permitiría que parte de los vehículos que se desplazan a la costa no tuvieran que atravesar el casco urbano), son otras de las actuaciones previstas.