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Matemáticas con Gulliver y Durero

Un profesor del instituto Caballero Bonald, apoya sus clases en la historia y las anécdotas para explicar las ciencias exactas

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En el siglo XII los italianos, en lugar de ir a ver un partido de fútbol entre el Milán y la Juventus, presenciaban duelos matemáticos, en los que dos eruditos se planteaban problemas para ver quien era capaz de resolverlos. Las matemáticas no son sólo esa pesada materia en la que se suman vectores o se restan cosenos. Carlos Suárez, director del IES Caballero Bonald (Jerez) y profesor de esta materia, quiere trasmitirle a sus alumnos que las ciencias exactas son literatura, arte o historia. «El alumno agradece que el profesor ponga interés en que aprenda algo más que lo que hay en el temario», resume.

Carlos Suárez comenta que vio la luz sobre cómo debía de dar clase en unas jornadas sobre historia de las matemáticas a las que asistió a principios de los años 90. «Hubo una frase que me marcó, 'Para sacar partido de la historia hay que conocerla'. Decidí aplicarla en mis clases», subraya Suárez, que reconoce que los que más interesa a sus alumnos son las anécdotas. «Los griegos les fascinan; sin embargo, es curioso que cuanto más complicado es el teorema y más avanzado, es más sencillo explicar cómo se llegó a él en términos históricos», indica.

El director de este instituto jerezano, cuya biblioteca ha recibido una mención de honor de la Junta de Andalucía por sus esfuerzos para promocionar la lectura, indica que, junto con intentar hacer más accesible la materia a sus discípulos, pretende despertar en ellos un espíritu crítico que les permita razonar los planteamientos huyendo del «mero recetario de fórmulas matemáticas que deben aplicar para aprobar un examen».

«En una ocasión les puse un texto de Los viajes de Gulliver y les pedí que me explicaran el principio de las proporciones matemáticas... ni que decir tiene que muchos con sólo ver el texto ya pensaron que nunca podrían resolverlo», detalla este matemático. «Las Matemáticas no surgen porque sí; hay que dedicar tiempo a decirle a los alumnos que en un momento determinado se necesitó de leyes matemáticas para la proporción en los cuadros, como los de Durero, o que buena parte de las fórmulas que descubrió Franklin nacieron de su aburrimiento en el Congreso estadounidense».

Suárez está convencido de que este modelo docente puede, y debe, extenderse al resto de las asignaturas más técnicas. «Formé parte de una comisión de la Consejería de Educación que analizaba técnicas de innovación docente y dejé claro que la enseñanza de la historia de la ciencia es fundamental para poder comprender la ciencia». Los resultados de su magisterio hablan por sí mismos: en las últimas olimpiadas de Matemáticas de Andalucía el ganador fue uno de sus alumnos.

Huir de los tópicos. «Hay que olvidarse de que las matemáticas son aburridas, ahí están los sudokus, por ejemplo. Las matemáticas empiezan a hacerse aburridas a mediados de siglo cuando, tras el lanzamiento del Sputnik. En ese momento se acerca más las matemáticas a la Universidad y se las aleja de la Geometría, se hacen demasiado abstracta», pormenoriza Carlos Suárez, miembro de la asociación matemática Thales, dedicada a la difusión y defensa de las ciencias exactas.