Frattini, partidario de la autorregulación de los medios
El vicepresidente aclara que no quiere imponer códigos de conducta
Actualizado: GuardarEl vicepresidente Franco Frattini, responsable de la cartera de Justicia, Libertad y Seguridad en el Ejecutivo comunitario, volvió a presentarse ayer en una posición calificable cuando menos de desafortunada, en el debate sobre la libertad de expresión que se ha desatado con la publicación de las caricaturas de Mahoma.
A primera hora de la mañana, Frattini aparecía citado por el Daily Telegraph londinense como partidario de introducir un código de conducta en los medios de comunicación, en el que se recoja la importancia de respetar las sensibilidades religiosas.
En la entrevista con el corresponsal del diario en Bruselas, Frattini declaraba ser partidario de promover un código voluntario de conducta, que sería redactado por los medios con el concurso de la Comisión.
Dicho código no tendría carácter de instrumento legal en la Europa comunitaria, ni su ejecución sería exigible por parte de las instituciones europeas, aclaraba Frattini en la entrevista.
La noticia corrió inmediatamente por toda Europa: por lo que parecía, la Comisión Europea se rendía a los extremistas islámicos y buscaba recortes a la libertad de expresión y de crítica de los medios de comunicación europeos.
El Gabinete de Frattini debió verse sumergido por las reacciones porque a mediodía, el vicepresidente aprovechaba una comparecencia pública con el presidente de la Sociedad Mundial de la Llamada islámica (WICS), Mohamed Sherif, para aclarar parcialmente sus declaraciones.
Dijo que no está en su ánimo imponer nada, entre otras cosas porque carece de capacidad jurídica para hacerlo, y que la contención de los medios informativos debería practicarse, de existir, sobre una base estrictamente voluntaria. Sus oficios, en este debate, estarían circunscritos a la promoción del diálogo entre medios de comunicación y responsables de confesiones religiosas.
Ese diálogo, multiplicado y extendido a todos los ámbitos decisorios, formadores de opinión y transmisores de cultura, debería verse reforzado por esta crisis, según Frattini. «Percibimos la necesidad urgente de retornar al diálogo», manifestaba el vicepresidente comunitario, ante Mohamed Sherif, quien declaró a la prensa, por su parte, que la comunidad musulmana había sentido las caricaturas de Mahoma «como una humillación», como «una campaña para desatar el odio».