Integridad periodística
Actualizado:Las seis nominaciones al Oscar de Buenas noches, y buena suerte constituyen una gozosa sor-presa. El segundo largometraje como director de George Clooney reivindica la figura de Edward R. Murrow, un mito del periodismo estadounidense al que todavía recuerda una placa en los estudios centrales de la cadena de televisión CBS en Nueva York: «Estableció niveles de excelencia que no han sido superados».
Murrow se hizo una estrella como corresponsal en Europa durante la II Guerra Mundial antes de entrevistar a presidentes y estrellas de cine. Durante 30 años fue la conciencia moral de América. En 1954, una media de tres millones de espectadores seguían su espacio See it now, desde el que plantó cara al senador McCarthy para denunciar su caza de brujas, basada en la delación y el infundio. Murrow tuvo que hacer frente a un doble envite: las acusaciones de McCarthy, que le tildaba de filo-comunista, y las presiones de los directivos de la CBS que, alentados por los anunciantes, le des-pidieron en 1961.
Murrow murió de cáncer de pulmón a los 57 años -aparecía siempre con un cigarrillo en la mano-, pero su labor periodística permanece como un ejemplo de integridad y profesionalidad. Buenas noches y buena suerte -el latiguillo con el que despedía sus emisiones- incluye imágenes documentales de McCarthy, donde el villano de esta historia se retrata a sí mismo. Rodada con un ajustado presupuesto y en blanco y negro, la cinta consagra a Clooney como la conciencia liberal de Hollywood.